SEP. 26 2014 62 EDICIÓN DE ZINEMALDIA «Magical Girl» Más cornadas da la crisis Mikel INSAUSTI Vaya por delante que «Magical Girl» me parece un drama cruel y desproporcionado, en consonancia con sus reflexiones taurinas. Sobre el supuesto conflicto español entre lo racional y lo emocional, diríase que en tiempos de crisis sale a relucir más lo segundo, y yo añadiría que la barbarie inmemorial. No hace falta ensañarse con las víctimas indefensas, pero cuando el viejo profesor entra a matar actúa cegado por una pasión descontrolada, aunque aparente una tensa calma. Sin embargo, no hace distinciones y participa de esa guerra entre iguales, de todos contra todos, como si no bastara con los que desde arriba ya se encargan de sumirnos en la ruina. Con la narración pasa lo mismo, bajo la engañosa contención de su desarrollo va dejando caer puntuales salidas de tono, que anuncian con carteles luminosos lo aparatoso del desenlace y todo el último tramo del metraje. Es la nueva marca de estilo que presenta Carlos Vermut, tras su bautismo de fuego independiente con «Diamond Flash». Pero «Magical Girl» resulta menos personal de lo que cabía esperar, y podría ser contemplada como un cruce entre «Matador» de Pedro Almodóvar y «El muerto y ser feliz» de Javier Rebollo. Es en el punto absurdo de la cotidianidad donde Vermut obtiene mayores réditos, gracias a la descripción de situaciones ordinarias que esconden el auténtico delirio surrealista del inconsciente, con esos libros que se venden a peso, condenando a la cultura a una báscula.