OCT. 25 2015 Interview MICHAEL WINTERBOTTOM Y DANIEL BRÜHL DIRECTOR DE CINE Y ACTOR «A los periodistas hay que recordarles que esa profesión puede usarse mejor» Apoyada en el sonado caso de la muerte de Meredith Kercher y en los juicios a Amanda Knox, en “El Rostro de un Ángel” el director británico construye una historia de ficción en la que la prensa no sale muy bien parada, y en la que el protagonista, Daniel Brühl, viene a ser una suerte de alter ego de Winterbottom. Janina PÉREZ TORONTO Recientemente el nombre de Amanda Knox volvió a los periódicos y noticiarios. Después de haber sido absuelta, en marzo de este año, de la muerte de Meredith Kercher, el Tribunal Penal Superior de Italia justificó su decisión argumentando no solamente la contaminación de las pruebas recopiladas en el lugar de los hechos, sino también que tanto Knox como su exnovio Raffaele Sollecito habían sido utilizados para alimentar el circo mediático en el que estuvo inmerso este sonado caso. El 2 de noviembre de 2007 se había hallado el cuerpo de la estudiante británica Meredith Kercher, de 21 años, en su habitación en Perugia, donde compartía piso con la estadounidense Amanda Knoxk, quien por aquel momento tenía 20 años. No tardaron en salir a la luz los detalles de este escabroso y bárbaro crimen, que conmocionó no solamente a los tres países involucrados (Italia, Estados Unidos y Gran Bretaña), sino también a todo el mundo. Sin embargo, tras la detención de Knox y Sollecito, y durante los cuatro juicios consecutivos a los que fueron sometidos, el foco de atención se centró sobre todo en Knox. Y fue entonces cuando el shock se convirtió en obsesión, cuando Perugia se vio invadida por periodistas de diferentes nacionalidades, bloggers y escritores, cuando ya no importaban las pruebas y las coartadas, sino lo que vestía y cómo llevaba el pelo la acusada, si sonreía, si esa «cara de ángel» –tal como la apodaron– rompía a llorar o no. La imagen del cuerpo brutalmente agredido de Meredith Kercher se fue diluyendo. La víctima pasó a un segundo plano, a ser una remota referencia, cayendo casi en el olvido. El realizador Michael Winterbottom siguió el caso, como otras miles de personas. Pero en una parada en un aeropuerto, descubrió el libro “Angel Face: The True Story of Student Killer Amanda Knox” (2010), de Barbie Latza Nadeau, una periodista estadounidense, asentada en Italia desde 1996, y que colabora para diferentes medios anglosajones. Tras su lectura, pasó a ser uno de los fundamentos de la historia de su nueva película, “El Rostro de un Ángel”. Winterbottom optó por contar una historia en la que la ficción está finamente tejida con los hechos reales, en la que el foco es definitivamente uno muy diferente al que se podría esperar. El punto de partida de “El Rostro de un Ángel” se centra en la intención del director de cine Thomas Lang (Daniel Brühl) de llevar a la gran pantalla el libro de Simone Ford (Kate Beckinsale) sobre el proceso judicial de la estudiante estadounidense Jessica Fuller, acusada de haber matado a su compañera de piso Elizabeth Pryce. Thomas va a Siena para encontrarse con Simone; y pronto se dará cuenta del gran circo mediático en el que está inmerso ese caso. Pero la sinopsis de este filme, despista, porque Michael Winterbottom puso el foco en otras oscuridades. «Me pareció más relevante reflejar la pérdida, el dolor y el amor de todos los involucrados, antes que centrarme en detalles de si fueron dos o tres los asesinos, o la hora exacta de los hechos», explica el director que contó con Paul Viragh en el desarrollo del guion. Para Winterbottom, el primer encuentro con Barbie Latza Nadeau –hacia 2011– fue decisivo para darle una dirección a las ideas que le rondaban por la cabeza. Barbie se convertiría en uno de los personajes de la historia (Simone), quien se plantea de forma crítica –y desde «adentro»– el rol de los periodistas en un caso como este. Pero ese encuentro también le sirvió al realizador británico para cuestionarse «por qué estamos tan interesados en esa historia», comenta reduciendo la velocidad de su vertiginoso ritmo. «Se han escrito muchos libros, y continuamente escuchamos sobre asesinatos parecidos», argumenta, «pero todo eso se queda en la superficie por muy al detalle que sean, ya que al final nada cambia el hecho de que una persona fue asesinada». ¿El alter ego de Winterbottom? Conocedor y seguidor de la trayectoria de Michael Winterbottom, a Daniel Brühl no le extraña el camino que escogió el director para contar esta historia. En la filmografía de Winterbottom figura no solamente una diversidad de géneros, sino también de temas; sin olvidar su «insensatez» (agradecida por el público) a la hora de abordar sus proyectos. «Con una película de Michael Winterbottom no sabes qué esperar», recuerda Brühl, y no queda más que darle la razón. Siendo la primera vez que colabora con el realizador de “Wonderland” (1999), “9 canciones” (2004) y “Camino a Guantánamo” (2006), entre otras, para el actor germano-catalán se trataba de una oportunidad para entrar en un territorio extraño, casi de arenas movedizas. «Me atrajo mucho que se tratara de una perspectiva muy peculiar», admite, «Michael presenta diferentes ángulos en la historia, y claro que no era la elección más obvia para hacer una película con un trasfondo como lo es ese asesinato». La metaficción planteada en “El Rostro de un Ángel”, hace que el espectador se pregunte si Thomas Lang, quien trae una carga personal y profesional consigo –lo cual termina también afectando a la historia y a su propio destino–, es el reflejo de Michael Winterbottom. El director sonríe y lo niega, y acto seguido trata de describir a ese personaje encarnado por Daniel Brühl. «Es un rol muy difícil porque aunque es el protagonista, no se trata de un héroe, es más bien un tío que tiene muchas debilidades». Sin embargo, Brühl da otra versión. «Le pregunté a Michael si se trataba de su alter ego, pero me dijo que no era así. Entonces hablé con Barbie, y afirmó que en efecto se trataba de una combinación de Paul Viragh (el guionista) y Michael. Y claro, en cierta manera fue como hacer de él». Durante el rodaje en Siena, Daniel Brühl confiesa que fue presa de un sentimiento constante de incomodidad y de una sensación de estar perdido; pero al transcurrir el trabajo, entendió que esa era precisamente la intención de Winterbottom. «Es un papel con el que al final sientes simpatía porque es un hombre que se esfuerza en sacar adelante su nueva película, quiere hacer algo importante, como todo el mundo; hasta los actores también tenemos intenciones, como tocar las emociones o contar grandes historias», señala Brühl. «Por otra parte, es un hombre que en medio de ese esfuerzo se pierde como persona. Pude entenderlo muy bien, ya que yo sé cómo se siente al estar desconectado de la gente que amas. Eso es lo que me gusta de las películas de Michael, que son viajes, no se trata de un proceso típico». Los periodistas Cuenta Michael Winterbottom que otra de las decisiones clave fue rodar en Siena, en lugar de Perugia, donde ocurrió el asesinato real. «Quise rodar en otro sitio que no fuera Perugia, porque esta es una historia de ficción», justifica, «en caso contrario, hubiera sido imposible tener la distancia necesaria». Con esa separación territorial, aunque con cierta similitud, en “El Rostro de un Ángel” se deja ver los entretelones en el mundillo de los periodistas que cubren el juicio de la acusada de ficción Jessica. Siendo una parte interesante el hecho de que en este caso se concentraran tres culturas de medios muy distintas entre sí (o no…). «Fue muy útil para la película tener a esas tres culturas involucradas», admite Winterbottom, «los italianos contaban la historia muy diferente a como lo hacían los americanos o los ingleses; se trataba de tres perspectivas diferentes que te presentaban lo que ellos consideraban que era la verdad, y eso condicionaba de inmediato la opinión de la audiencia». A pesar de las críticas que se plantean en la película hacia los periodistas, Michael Winterbottom no se ve en la posición de atacar al gremio periodístico, «pero hay que recordarles que esa profesión puede usarse mejor», alecciona. «La labor del periodista es muy importante», razona, «he conocido a periodistas muy profesionales que trabajan duro. Pero en este caso en concreto, pasaron a ser máquinas productoras de textos, escribiendo hasta trivialidades, como el color del pelo de la acusada, o de la ropa que llevaba. Con sucesos como estos lo que hacen son telenovelas para hacerlo más interesante. Eso es una vergüenza». Con “El Rostro de un Ángel” estrenándose no solamente en el Estado español, sino en varias partes del mundo, a Winterbottom aún le quedan muchas preguntas sin respuesta, sobre todo aquella que le llevó a echar a andar este proyecto. «Por lo general la gente se siente fascinada hacia las noticas que aparecen en los periódicos o en la televisión sobre crímenes y asesinatos, pero cuando sentimos la muerte cercana, tendemos a rechazar la idea de la misma», reflexiona en voz alta aunque eso no le baste para comprender por completo el fenómeno. Sin embargo, lo que Michael Winterbottom siempre tuvo claro fue que las víctimas no se merecen el olvido. Es por eso que “El Rostro de un Ángel” tiene una única dedicatoria: «In memory of Meredith Kercher». VIAJE«Sé lo que se siente al estar desconectado de la gente que amas. Eso es lo que me gusta de las películas de Michale, que son viajes, no se trata de un proceso típico» PERIODISTAS«He conocido a periodistas muy profesionales. Pero en este caso pasaron a ser máquinas productoras de textos»