JAN. 24 2016 CRÍTICA «Jem y los Hologramas» La peor versión de los grupos pop de chicas disfrazadas Mikel INSAUSTI La película es un completo horror, tanto que ni siquiera ha podido recuperar en la taquilla de los EEUU los escasos cinco millones invertidos por Jason Blum, quien pretendía iniciar otra de sus rentables franquicias, cambiando esta vez el género de terror por el musical para adolescentes. Es mucho más divertido ver los YouTubes que han hecho los grupos de seguidores que rinden culto a la serie animada original de los años 80, riéndose de los cambios introducidos en esta actualización dentro de un estilo friki a más no poder. Lo que más les ha indignado es que no se haya contado con la creadora, la guionista de Marvel Christy Marx, quien diseñó a los personajes por encargo de la marca de juguetes Hasbro. “Jem y los Hologramas” (2015) es un producto que ha perdido la ingenuidad, la frescura, la musicalidad pop, el humor paródico del futurismo tecnológico y el gusto por el disfraz característicos de la obra de Christy Marx. No en vano la realización es reponsabilidad de John M. Chu, conocido por ser quien le hace las películas y documentales a Justin Bieber. Esto explica que haya sustuido cualquier atisbo de buen rollo ochentero por la concepción del fenómeno fan para adolescentes que viene manejando Disney Channel desde el lanzamiento de Hannah Montana. Cualquier parecido con el material de partida es pura casualidad, lo que lleva a pensar que se trata simplemente de la explotación de unos derechos legales, pero sin implicarse para nada en su contenido real. En ese sentido tienen razón quienes ven un “remake” inconfeso de “Josie y las melódicas” (2001), que al ser una película de imagen real hacía más fácil la materialización de las protagonistas. Solo los personajes adultos evocan la década referencial, con la chica de las comedias de los 80 Molly Ringwald convertida en la tía mayor que cuida de las hermanas, y con la roquera Juliette Lewis haciendo de promotora.