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PROCESO DE INVESTIDURA DEL PRESIDENTE ESPAÑOL

Sánchez juega a presionar a Rajoy y elude dialogar con Iglesias

Tras el «shock» de la víspera el PSOE intenta recomponerse pero sigue jugando en terreno de nadie. Quiere que Rajoy se presente y rechaza empezar a dialogar con Podemos.


Se podría titular una cosa y la contraria y no acertar en ninguno de los dos casos. Tras la envolvente formada ayer entre PP y Podemos, el turno era ayer de Pedro Sánchez. El secretario general del PSOE no defraudó. Insistió en que le tocaba a Mariano Rajoy someterse a la inves- tidura, contrariado porque el líder del PP se echase a un lado antes de ser vapuleado en el Congreso. Al mismo tiempo, fuentes de Ferraz aseguraban en varios medios españoles que en caso de que el actual presidente no intentase ser reelegido, que es lo más probable, Sánchez trataría de formar Gobierno. Es decir, seguiría el guión que el PP había escrito cuando decidió que Rajoy no podía acudir al Congreso para ser investido.

El viernes fue el día de dos magistrales jugadas tácticas de Rajoy y Pablo Iglesias, que dejaron al PSOE como único partido sin iniciativa política pero acorralado en una posición que nadie quiere ocupar. Por eso Sánchez quiso ganar tiempo. Lo hizo el viernes y también ayer. Dice que dejará otra oportunidad a Rajoy, pero es evidente que este no aceptará saltar al vacío cuando nada a cambiado. Será entonces cuando empiecen las negociaciones con Podemos, Unidad Popular y todos los que aspiran a un Gobierno alternativo. El problema está en que, ya de partida, barones del PSOE han considerado una «humillación» el planteamiento lanzado el viernes por Iglesias. Así que el margen de diálogo se acota.

En Ferraz están acostumbrados a marcar el guión de cualquier negociación y ahora intentan poner en marcha la misma estrategia sin entender que el contexto ha cambiado.

Carentes de jugadas maestras, los líderes del PSOE se dedicaron ayer a repetir consignas. Por ejemplo, Emiliano García Page, presidente de Extremadura, consideraba que Rajoy tenía la «obligación política y moral de dar la cara». Seguía así la línea marcada por César Luena, secretario de Organización, que el viernes apareció a última hora visiblemente molesto y castigando al PP por echarse a un lado. Es paradójico que en Ferraz se hayan desatado las críticas cuando el movimiento del PP solo aceleraría los tiempos de ese «Gobierno del cambio» que propugna Sánchez. Solo hay una explicación lógica: que la disposición a liderar el Ejecutivo tuviese tanta validez como el órdago de Pablo Iglesias presen- tándose como vicepresidente. De lo contrario, no parecería lógico que en el PSOE se molesten tanto porque en Génova hayan decidido dejarles vía libre para intentar su proyecto.

Críticas a Podemos

Mientras se aclara a quién nombrará Felipe de Borbón como candidato, el PSOE mira ya hacia la posible negociación con Podemos. Aunque, por el tono con el que se dirigen al partido de Iglesias, no parece que el diálogo empiece con buen pie. A corto plazo, porque ni siquiera empieza la negociación hasta el viernes. En términos discursivos, porque es difícil vender sinceramente que quieras llegar a algún acuerdo con alguien a quien acusas de «chantaje» por ofrecerte la presidencia del Gobierno español.

En este contexto, lo único que dice el PSOE es que por ahora no va a mover un dedo «para intentar fraguar una alternativa de Gobierno estable y, mucho menos, cuando se plantean desde el chantaje y anteponiendo los intereses de partido a los intereses de los ciudadanos». En el fondo nada cambia, más allá de que PP, PSOE, Podemos y el olvidado Ciudadanos intenten colocar un mensaje proactivo pero que, en realidad, no dice nada.

Hay un elemento relevante. El PSOE es el único partido que sigue jugando con las mismas reglas de siempre. Que Sánchez llamase ayer a Albert Rivera antes que a Pablo Iglesias deja claras cuáles son las preferencias de Ferraz, pero comparado con las dos jugadas de la víspera elegir a quién llamas queda como una inocente picadura de mosquito frente a dos mazazos.

En realidad, a lo que espera el PSOE no es a la ronda de consultas con Felipe de Borbón, sino al Comité Federal del próximo sábado. Hace un mes el cónclave marcó unas líneas rojas claras y advirtió que no se podía negociar con quien plantease un referéndum en Catalunya. En una semana se verá si Sánchez controla el díscolo aparato y logra forzar el diálogo, aunque sea una representación, o sus adversarios se le lanzan al cuello y no le dejan margen de maniobra.

Nada ha cambiado

Tantos titulares y tantos procedimientos rotos no permiten visualizar que, en realidad, nada ha cambiado desde que Mariano Rajoy dejó vía libre al PSOE. Que en Ferraz dediquen más tiempo a castigar al PP que a intentar un diálogo serio evidencia que, al menos por ahora, todo sigue en el terreno de las sombras. Obviamente, los expertos en comunicación están para algo y también colocaron sus eslóganes para el PP. Según la nota de prensa difundida desde Ferraz, la renuncia de Rajoy a presentarse a un investidura que tenía perdida es «solo comprensible desde la complicada situación judicial que afronta su Partido, imputado estos días por corrupción».

En eso tienen toda la razón. Justo el día en el que Mariano Rajoy tenía que presentarse como líder estatal, la Audiencia Nacional imputó al PP por corrupción por la destrucción de los ordenadores de su extesorero Luis Bárcenas. Sin embargo, da la sensación de que la mayoría de los votantes españoles no están tan preocupados por conocer las infamias de Rajoy, que también, sino por saber qué va a pasar en las próximas semanas. Y ahí es donde el PSOE falla, porque deja muchas frases que sirven para titular pero pocas decisiones reales.

En este contexto a PP y Podemos les bastó con mantenerse, conscientes de que la presión está en otro lado. El presidente en funciones, Mariano Rajoy, insistió en su propuesta de tripartito e incluso compartió lenguaje con el PSOE. «España necesita un presidente con dignidad, no uno hipotecado y humillado», afirmó, en referencia a las condiciones planteadas por Podemos. Los de Iglesias, que no suelen perder oportunidad de aparecer en prensa, se mantuvieron en un discreto segundo plano. Ya han dicho lo que tenían que decir. Lo más probable es que durante toda la semana haya humo. Y luego llegará el Comité Federal y las decisiones.

Los partidos vascos se mantienen a la espera de movimientos

Lo que antaño ocupaba titulares casi como un monopolio ha pasado a un segundísimo plano. Euskal Herria no está en la agenda y los partidos vascos se limitan a esperar a ver quién mueve ficha realmente. El más interesado es el PNV, que no ha escondido sus preferencias por un gobierno del PSOE, con quien tiene una relación preferencial. Según recogía Europa Press, el presidente del Gipuzkoa Buru Batzar, Joseba Egibar, se mostró convencido de que «si no es posible una candidatura alternativa» a Mariano Rajoy es porque «la combinación de PSOE y Podemos no ha funcionado» y criticó que «se está jugando al tacticismo» y eso, «visto desde aquí, no es serio».

«Todo el mundo sabe, o al menos los protagonistas, empiezan a reconocer que el primero que vaya a la investidura no va a resultar elegido presidente», dijo Egibar en Radio Euskadi. A su juicio, «hay una especie de rehúse, de decir no me presento en este momento porque entiendo que hay otro candidato que tiene mayores o mejores avales». Para el dirigente jelkide, «en el fondo» el PSOE y Podemos también están intentando «gestionar que se puedan repetir las elecciones y cada cual quiere ocultar su responsabilidad». Asimismo, insitió en que «el PNV tiene su propia idea, su propia posición, ha transmitido a cada uno de los interlocutores lo que piensa pero la responsabilidad de configuración de ese Gobierno no es nuestra». Joseba Egibar señaló que «hay un reproche cruzado» entre PSOE y Podemos «intentando proyectarse ante la opinión pública como que el otro es el culpable de que no haya una alternativa al Gobierno de Rajoy», al tiempo que ha resaltado que la formación que lidera Pablo Iglesias «hace de todas sus comunicaciones actos de propaganda política».

Por su parte, el parlamentario de EH Bildu Oskar Matute calificó de «movimiento táctico» la propuesta de Podemos, con la que «se han sacudido la presión» la formación morada, que, a su juicio, «no hace ascos a unas nuevas elecciones». «En el PSOE no hay una voz unitaria, hay voces discrepantes respecto a qué recorrido hacer. Esto es un proceso y en unos días hablaremos de otros movimientos, pero tiene que ver con el interés final de cada formación», valoró asimismo en la Radio Pública. Matute también incidió en que hay que ver cómo Podemos adapta sus principios a la foto resultante «final». «Si pones como foto el cambio sin especificar para qué puedes saltarte todas las líneas rojas de tu discurso como la política de confrontación con la troika o el referendum de Catalunya», señaló el parlamentario soberanista.GARA