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Japón recupera el honor


El luchador Kotoshogiku se convirtió ayer en el primer japonés en una década en ganar un gran torneo de sumo, al imponerse como vencedor en la competición de Año Nuevo celebrada en Tokio. Es el primer luchador local que desde 2006 se ha proclamado ganador de la Copa del Emperador de este deporte típicamente japonés, en el que los extranjeros, conocidos como rikishi, se han hecho con casi 60 grandes torneos en los últimos diez años.

Ozeki (“campeón”) Kotoshogiku, de 31 años y originario de Fukuoka, sumó 14 victorias y una derrota en esta competición y se impuso en el último combate contra el mongol Ozeki Goeido en el Salón del Sumo de la capital nipona. Kotoshogiku logró la victoria aunque arrastra una lesión física que le alejó de la competición en noviembre.

Los luchadores de países de Europa del este, como Bulgaria o Georgia, y especialmente los de origen mongol han dominado durante los últimos años este deporte, que cuenta con seis grandes torneos anuales en Japón. De hecho, el mongol Hakuho (35 copas del Emperador), superó en enero de 2015 el récord de victorias del legendario luchador nipón Taiho (32).