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JO PUNTUA

«Apariencia de participación»


En estos tiempos líquidos posmoderno-neoliberales, el espectáculo domina y la apariencia de participación termina siendo en muchos casos, además de un hipócrita reclamo publicitario, un auténtico obstáculo para la participación real.

Pensemos, por ejemplo, en Yolanda Barcina. En plena época de imposiciones bestiales como alcaldesa de Iruñea, presumía de permitir a la ciudadanía participar en la elección del cartel anunciador de sanfermines.

Caja Navarra, que caminaba hacia la prodigiosa volatilización del capital acumulado durante decenios, lanzó una vistosa campaña que hablaba ni más ni menos que de revolución. Esto podía leerse en un diario valenciano en 2008 a cuenta de su expansión: «Caja Navarra (CAN) ha dado un vuelco en la banca, ha creado un nuevo modelo de entidad basado en la transparencia y el equilibrio, la Banca Cívica». Y el periódico añadía: «Los clientes también tienen poder de decisión sobre la cantidad que invierten en obra social y en dónde la quieren invertir», para recordar finalmente el lema de todo este montaje: «tú eliges, tú decides».

Recordé esto cuando hace unos días leí un texto que eldiario.es relacionaba con las elecciones internas en Podemos de la CAV y atribuía a «un miembro de la Secretaría de Organización estatal».

En el escrito pueden leerse frases como esta: «(…) integrando alguna clave o idea que permita transmitir la idea de que se ha escuchado a la gente. El objetivo es hacer que la gente sienta que ha participado en los documentos desde cero aunque no sea así».

Y también esta otra: «Dar apariencia de proceso garantista pero teniendo las manos completamente libres». Lo más escalofriante era esta frase que aparecía entre los objetivos: «Apariencia de participación».

No se me ocurre nada más viejuno. Y llamar a esto nueva política es como decir que Caja Navarra era una entidad cívica que estaba haciendo una revolución.