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Interview
USUA DE LA FUENTE Y KOLDO SORET
DE NIñA COYOTE ETA CHICO TORNADO

«Vivimos en un medio cada vez más extremo. No hay tiempo para concesiones»

Hay quien duda de si la niña es el tornado y el chico el coyote o a la inversa. Da igual, porque ambos crean el ambiente coyote y el tornado de cada directo. Directo y disco, «Eate», que el dúo donostiarra presenta mañana en Kafe Antzokia de Bilbo a partir de las 22.00 horas.


En la primavera, abril, de hace cuatro años se forma en Donostia uno de los dúos más espectaculares de nuestra escena, Niña Coyote eta Chico Tornado. El chico con seis años comienza a tocar el acordeón y el txistu, después el bajo y finalmente la guitarra. Desde los catorce años toma el camino del rock mediante bandas como Utikan, Mugatik, Chico Boom, Lau Itzal, Surfin Kaos, Zuloak... y Chico Tornado. Usua de la Fuente (Ursula Strong en la ficción) comienza a relacionarse con la batería mucho más tarde que el precoz compañero, pero desde su tímido paso por Las Culebras, la intensa etapa con Zuloak y estos densos y recargados cuatro años como Niña Tornado han curtido sus brazos, sus golpes y su sonido.

Mañana en Kafe Antzokia la pareja presenta “Eate” (autoproducido bajo la marca Pozoi Records), un poderoso cruce rítmico que consolida la sonoridad del dúo y confirma el potencial ya en órbita desde hace años. Duro, seco y violento es el contenido de “Eate”, stoner desértico al que el dúo va moldeando cada vez con más personalidad. Con todo, su directo aún remarca más su personalidad, ambición y sentido artístico, así que este jueves los estómagos recibirán de nuevo el impacto de un dúo que suena como un eficiente y tenso cuarteto. Como banda invitada, con la que giran en próximos días, estará Black Box Red, dúo de Leeuwarden, Países Bajos, formado por Eva von Netten, guitarra y voz, y Stefan Woudstra, batería. Otro feroz dúo de rock y stoner.

No es sencillo mantener la vida de un dúo frente a una banda, que cambia de componentes y sigue, pero el dúo no tiene mucho que cambiar. ¿Confiaban en llegar hasta el presente o fue un acto más emocional que de futuro?

Koldo Soret: En su momento no lo pensamos... Y ahora tampoco sabemos hasta dónde vamos a llegar. Puede que hagamos cinco discos más, o también puede que ‘Eate’ sea el último.

«Euphobia» es uno de los cortes más rupturistas sin dejar de ser NC/CT, ¿es necesario oxigenarse de algún modo para mantener la curiosidad tanto del oyente como del músico?

K: Sin duda, hay que seguir avanzando y siempre sin perder el norte. Con cada nuevo tema nos oxigenamos, siempre pensamos en nosotros. Si el tema nos da lo que nos tiene que dar cada vez que lo tocamos, se une a nuestro repertorio. Si encima a la gente le gusta y le oxigena, mejor que mejor.

«Ariñau» es un corte abrasivo, de carga rítmica pesada y agobiante, aparentemente nada que no se espere de una canción o de un disco de ustedes, pero porta nuevos matices.

K: En este tema colabora Lore Nekane de Belako y con su voz en el estribillo ya le da un toque diferente. La canción es Niña Coyote eta Chico Tornado, pero sí, tiene un aire nuevo.

La curiosa «Dantzger» cuenta con unos primeros segundos desde los que podrían emergen unos Deep Purple setenteros. Luego quizá pasa a contar una historia musical de garage espesa y condensada, y termina bailándose…

K: ¡Jajaja! A mí me parece de los temas más atractivos e innovadores del disco. Aparte de unos Deep Purple setenteros y una banda de garage espesa, también tiene un toque dance a lo Niña Coyote... ¡Un rompe pistas!

Pertenecen culturalmente al siglo XXI, en él han desarrollado su mayor peso musical, ¿pero sienten en alguna ocasión la paradoja de no sonar a este siglo?

Usua de la Fuente: Sonamos a este siglo porque somos de este siglo. Pero está claro que venimos del anterior. El siglo XX nos marcó mucho.

¿«Earthquake» no es de lo más burro que han grabado al margen de la vuelta que le han dado al original, muy hendrixiano, pero al cubo?

K: Puede que sí. Es una versión de Graham Central Station. El disco nos lo pillamos en Japón, durante la gira de Zuloak. La primera vez que lo escuchamos y llegó este tema fue como: ‘¡Qué barbaridad es esta. Vamos a hacer una versión’!

Parece un disco destinado al directo, a dejar obnubilados a los oídos que van a escuchar a una banda de rock con apellido stoner.

U: Intentamos hacer temas que nos motiven cada vez que los tocamos y eso es mucho más fácil de transmitir en directo que en un disco o un vídeo.

En realidad una de sus bazas y que el disco no puede recoger, o solo hasta cierto punto, es la pegada del directo, tanto por las bofetadas sonoras como por los planos visuales de ambos. Observar cómo lo viven, cómo interactúan.

K: Eso es lo bueno que tenemos. La gente –según hemos podido contrastar con las charlas– cuando escucha nuestros discos dice esto suena muy bien, con bajo, teclado... pero al ver el directo nos dicen que, aparte de sonar mejor que el disco, flipan con nuestra conexión en el escenario y la energía que desprendemos.

Su primer álbum nació de numerosas improvisaciones, ¿ha cambiado el método?

U: No ha cambiado. Muchos de los temas han nacido en el local y otros se han desarrollado a partir de riffs que trae Koldo al local. A veces les damos muchas vueltas a la estructura y en ocasiones va a la primera.

¿Qué impresiones sugieren que una canción sea instrumental o vocal?

U: Casi todas las composiciones son instrumentales al principio y la mayoría tienen voz en algún momento del proceso. Algunas melodías se vuelven imprescindibles y otras suponen más limitaciones que aportaciones, y desaparecen.

Han estado hace poco en Canarias, ¿turismo o a pelear en un territorio complicado?

U: ¡Ni lo uno ni lo otro! (jajaja) Hemos tenido menos tiempo del que nos hubiera gustado para conocer las islas en plan turista, pero en los conciertos hemos encontrado una escena muy rockera y muy auténtica pese a la imagen que tenemos aquí. En Tenerife y en Gran Canaria hay mucho nivel de rock. Ha sido un descubrimiento.

¿Cómo nace la idea de un título mitológico?

U: Siempre es difícil titular, por lo menos para nosotros. Pero cuando dimos con el personaje de Eate no tuvimos duda en dedicarle el título del disco. Tormentas, riadas, tornados e incendios: ¡Nuestro rollo! .

El sonido es aún más espeso y sin concesiones, más extremo, desafiante... ¿Los años, la experiencia, no les enternece?

K: Parece que no, y esperemos que no. Se lleva mucho el llegar a los cuarenta y convertirte en un moñas.

U: Vivimos en un medio cada vez más extremo y desafiante. No hay tiempo para concesiones.