Popovich recela de Trump

El seleccionador estadounidense y técnico de los Spurs ha sido quien más duro ha cargado tras la eleccióndel magnate como presidente de los EEUU. «Estamos perdiendo nuestros valores», teme «coach Pop».

El clásico cuento que intenta asustar a las viejas indica que el deporte profesional ha de vivir inmerso en una burbuja, ajeno a la realidad, sobre todo política, como si debiera hacer caso a sus detractores y tuviera que limitarse a ejercer de pasatiempo evasor, opio para las masas. Esa es una realidad bien cómoda, por otro lado, pero la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos ha hecho saltar algunos diques de contención, y voces autorizadas de la propia Liga recelan del nuevo inquilino de la Casa Blanca.

Quien más claro y más crítico ha hablado contra la llegada de Donald Trump a la presidencia estadounidense es nada menos que Greg Popovich. Técnico este de la muy texana y conservadora franquicia de los San Antonio Spurs y próximo seleccionador estadounidense, después de que Mike Krzyzewski decidiera dejar el cargo tras los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

«Se me revuelven las tripas y no porque haya ganado el Partido Republicano las elecciones, sino por los repugnantes comentarios xenófobos, homófobos, racistas y misóginos. Vivo en un país en el que la mitad de su población ha ignorado estos hechos a la hora de votar a Trump. Eso es lo que más miedo me produce», dijo Popovich, hijo de inmigrantes yugoslavos.

«Este país está perdiendo los valores que queremos inculcar a nuestros hijos. Para mí, los valores son más importantes que el olfato que uno pueda tener para los negocios. Los valores indican quiénes somos, cómo queremos vivir y qué tipo de persona somos. Por eso tengo un gran respeto a gente como Lindsey Graham, John McCain y John Kasich –todos ellos republicanos que retiraron públicamente su apoyo al magnate–, con quienes estoy en desacuerdo en muchas cuestiones políticas. Pero ellos han tenido el suficiente valor y respeto por la humanidad y la tolerancia al decir lo que dijeron sobre Trump», explicó.

Técnicos como Stan Van Gundy o Glenn «Doc» Rivers también se han mostrado críticos tras la cita electoral estadounidense, aunque sin llegar a la contundencia de Popovich. «Mi definitiva conclusión y mi miedo es que somos Roma», acabó.

«Un voto de fe por Trump»

Los jugadores de la NBA, sobre todo los norteamericanos, han mostrado cierto pasmo, como mínimo, ante la elección de Trump. Los foráneos también, aunque sobre todo han preferido ser discretos.

Pau Gasol, Embajador de Buena Voluntad de UNICEF, prefería darle «un voto de confianza» al nuevo presidente. «La elección ha creado bastante tensión dentro de la ciudadanía. Se nota que hay una segregación importante entre la gente a favor y en contra de Trump. Veremos las repercusiones y las acciones del presidente, pero de momento, como residente en este país, hay que darle un voto de fe», declaró el ala-pívot de los Spurs.

El «caso Kaepernick», o la importancia de la reacción cuando suena el himno

Amén del archiconocido caso de los atletas olímpicos John Carlos y Tommie Smith, que proclamaron el «Black Power» en México 1968, la reacción de los deportistas ante el himno norteamericano sigue trayendo cola.

El último caso conocido es el del quarterback de los San Francisco 49ers Colin Kaepernick. En un reciente partido de pretemporada se negó a levantarse para escuchar el himno, en protesta por la violencia policial sobre sus compatriotas de raza negra. «No voy a levantarme y mostrar orgullo por la bandera de un país que oprime a la gente negra. Para mí, esto es más importante que el fútbol», sentenció.

Su protesta causó gran revuelo. En lo que respecta a la NBA, LeBron James, de forma diplomática, se puso con Kaepernick.

«Tengo un hijo de 12 años y dentro de cuatro ya podrá tener carné de conducir y saldrá de casa solo. Es aterrador pensar que no sé si valdría con decirle que si le parase la policía debe obedecer y ser respetuoso. Me produce miedo pensar que si mi hijo me llama para decirme que la policía lo ha parado no sabré si va a volver a casa».A. G.