DEC. 09 2018 OSASUNA Juan Villar, garantía para poder puntuar El delantero onubense anotó de cabeza de manera poco ortodoxa pero efectiva a falta de ocho minutos para cumplirse el tiempo reglamentario. Natxo MATXIN ALBACETE 2 OSASUNA 2 Tener sobre el campo a Juan Villar es casi garantía de que su presencia tendrá alguna repercusión en la meta contraria. Y de que ello supondrá que el equipo sumará. Con solo veinte minutos en el césped, el atacante onubense volvió a demostrar que tiene un embrujo poco común con el gol. Un remate suyo de cabeza muy poco ortodoxo sirvió para que Osasuna puntuase en el Carlos Belmonte, cuando el partido ya apuntaba a que los rojillos volverían a irse de vacío en otra visita. Sin embargo, la séptima diana del delantero con total seguridad más determinante de la categoría hizo justicia a los méritos de una escuadra navarra que se volcó en la segunda parte en busca del empate, después de complicarse la vida de mala manera en los primeros cuarenta y cinco minutos con errores propios que le pusieron el envite cuesta arriba después de colocarse por delante en el electrónico con un penalti. Sorprendió el técnico rojillo, Jagoba Arrasate, con un once inesperado, debido a tres titulares por los que nadie apostaba en las quinielas: David García, Nacho Vidal y Brandon. El preparador de Berriatua no optó por el bloque que jugó en la segunda parte frente al Lugo, algo que se esperaba, y dejó en el banquillo a Iñigo Pérez –el goleador ante el conjunto gallego no jugó ni un minuto– y Juan Villar, determinante a la postre. Los cambios dieron sus frutos a medias. Con su habitual fogosidad, el balear aportó trabajo, desmarques y propició la pena máxima que puso a Osasuna por delante en el luminoso, algo que no sirvió de mucho, como se vería más tarde. En cambio, el valenciano contribuyó escasamente en el aspecto ofensivo del equipo, casi no desbordó y apenas colocó centros con peligro, uno de sus principales puntos fuertes. Como sucedió ante Oviedo y Rayo Majadahonda, adelantarse en el marcador tampoco le sirvió en esta ocasión al cuadro rojillo para serenar su juego y llevar el ritmo del partido que más le convenía, pese a que lo hizo con muy pocos minutos transcurridos. Y eso que el hecho de que el Albacete, un equipo correoso y que exprime sus cualidades a más no poder, tratase de salir con el balón jugado desde atrás propiciaba rematarlo antes del descanso con una pérdida tras presión. No fue así. El espejismo rojillo apenas duró cuatro minutos porque en defensa el cuadro navarro volvió a estar blando en momentos puntuales, pero que pudieron resultar decisivos para regresar, una vez más, de vacío en otro desplazamiento. Los dos goles posteriores de los anfitriones llegaron en lances que, a buen seguro, no le habrán gustado nada a Arrasate y que serán objeto de estudio en el vídeo de entre semana. Tres palos Especialmente grave resultó la participación involuntaria de Lillo en el segundo tanto local, haciendo inútil con su movimiento anticipado la línea defensiva que había provocado que el Albacete cayese durante la primera mitad en un buen número de fueras de juego. La desubicación del lateral alicantino trajo consigo la remontada manchega que, vista la trayectoria inmaculada del queso mecánico en su campo a lo largo del presente ejercicio, parecía tarea casi imposible de voltear. Con nada que perder y un entrenador que está demostrando en lo que va de campaña que no tiene ningún miedo a arriesgar, Osasuna encimó el marco defendido por Tomeu Nadal, convirtiéndose el envite, a medida que transcurrían los minutos, en una ruleta rusa de aproximaciones con difícil vaticinio por adivinar quién resultaría más beneficiado de un partido que se fue partiendo por momentos. Hasta tres palos pudieron inclinar la balanza de un lado u otro, pero de nuevo, los cambios obrados por Arrasate resultaron determinantes, aunque el empate se gestase en una jugada de casi carambola. De ese carrusel de oportunidades salió esta vez favorecido el bando rojillo, aunque también sufrió lo suyo, pues los propietarios del terreno de juego tuvieron opciones de cerrar a su favor el choque. Al final, el gol de Juan Villar, que entró por la misma escuadra, permitió a los pupilos de Arrasate entrar en una fase final relativamente cómoda, que se vio también favorecida por las expulsiones de Zozulia y Arroyo –se complicó la vida más de lo debido el árbitro–, si bien no hubo minutos suficientes para plasmar en un triunfo la superioridad numérica. El punto permite seguir al acecho de los puestos de play-off, a la espera de que El Sadar vuelva a resultar demasiado obstáculo para el Alcorcón, otra de las revelaciones. Jagoba Arrasate: «Este punto hay que valorarlo tal y como se merece» Satisfecho por el empate conseguido por los suyos, Jagoba Arrasate apuntó que «hemos vivido el final con mucha tensión porque íbamos abajo y hemos arriesgado con los cambios. Los últimos cinco minutos han sido locos y este punto hay que valorarlo tal y como se merece». En cuanto al hecho de que su equipo se pusiese 0-1 poco después del primer cuarto de hora, el preparador de Berriatua expuso que «nos hemos visto a favor muy pronto y en el segundo de ellos pudimos hacer algo más en defensa. En cambio, el segundo tiempo ha sido un monólogo nuestro, pese a que ellos han tenido el 3-1, pero creo que el empate ha sido justo». «Nos hemos enfrentado a un gran rival, en su mejor momento de la temporada y con el público volcado, pero hemos demostrado que podemos pelear ante los mejores y hay que valorar el punto logrado», insistió Arrasate. N.M.