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KIROLBET BASKONIA, CAMPEÓN DE LA LIGA ACB 2019/20

Vildoza, héroe de un martes de gloria para ganar la Liga

Una canasta de Luca Vildoza a falta de tres segundos terminó de dar el triunfo a un Kirolbet Baskonia que dominó a un Barça anulado tras el descanso y que sobrevivió de la mano de Heurtel. Las palabras de Ivanovic, que asumía la Fase Final como un reto para ganar este título diez años después, se volvía realidad, más bonita que los sueños.


BARCELONA 67

KIROLBET BASKONIA 69


Fernando San Emeterio fue el héroe de la Liga de 2010 y Luca Vildoza lo fue en la finalísima de ayer, un 67-69 que dio una vez más la razón a «Chichi» Creus: aquel equipo que llega primero a 69 puntos, gana. Y no hubo mejor día para conseguir tal hazaña, haciendo realidad la locura de Dusko Ivanovic cuando se retomó la competición: «nos preparamos para ganar la Liga ACB, o si no, no perdemos el tiempo». Cory Higgins tuvo el triple de la victoria pero el balón no entró, y la cuarta Liga ACB, otro martes de gloria, cayó del lado del Baskonia

La entrada de Vildoza por Janning en el quinteto titular fue el gran cambio de Dusko Ivanovic en el arranque de la final, y nadie sabe cómo pudo ser de importante. Y lo cierto es que el argentino y Shavon Shields le dieron mucha energía al Baskonia, que pasó de perder 7-4 a irse 9-13. Pese al mal arranque de Shengelia, la entrada de Polonara ajustó la defensa y un Barça muy agarrotado apenas si se agarraba a las personales gasteiztarras y al rebote ofensivo para no dejar escapar a un Kirolbet Baskonia mucho más centrado que los culés.

Hasta que entró Thomas Heurtel. El ex del Baskonia suele centrarse en los días grandes y anoche jugó centrado en sus primeros minutos. Gracias a los tiros libres y la dirección del base galo, el Barça remontó con un parcial de 7-0, de un 9-15 a un 16-15, aunque un palmeo de Diop dejó al Baskonia.

Pero Heurtel ya estaba en combustión, liderando un parcial de 10-0 que dejó al Baskonia muy frío, evidenciando los nervios de gente como Shengelia o Janning, mientras que el Barça se crecía debido a los errores gasteiztarras.

Había que sobrevivir antes del descanso, como ante Valencia Basket, algo que los gasteiztarras lograron a partir de una bandeja de Diop. El gasteiztarra de Dakar empezó a cerrar el rebote, Shengelia empezó a entrar en temperatura y, tras varios minutos de desbarajuste, el juego baskonista empezó a cuadrar, con Achile Polonara haciéndose grande jugando como alero alto y a la espera de que Pierria Henry diera también en ataque lo que empezaba a aportar en tareas defensivas.

Mientras, ya sin la efervescencia de los primeros minutos del segundo cuarto y con un Mirotic muy desactivado de la finalísima, Svetislav Pesic encontró en la muñeca de Kyle Kuric su mejor respuesta, ya que ocho puntos seguidos del estadounidense dejaron el partido con 39-33 al descanso, y con la final perfectamente al alcance, a pesar del 1 de 10 en triples de los de Dusko Ivanovic.

La gran ilusión

Como sucediera ante Valencia Basket, Kirolbet Baskonia no tardó en remontar ante el Barça, un equipo que se fue diluyendo al punto de que solo Thomas Heurtel parecía estar a la altura de las circunstancias. Por ejemplo, Nikola Mirotic acabó con solo 8 puntos, con un 4 de 13 en tiros y eliminado por faltas.

Mientras, Kirolbet Baskonia fue encontrando gente que diera un paso adelante, como un Janning que anotó dos triples cuando lo necesitaba el equipo, pero el Barça, tirando más de garra que de calidad, igualaba a 51, pero sin poder ponerse por delante en ningún momento.

Pero el último cuarto fue todavía más desesperada, ya que el Baskonia se ponía por delante, pero sin poder romper el partido, y sufriendo en el rebote a partir de la cuarta personal de Ilimane Diop, uno de los grandes destacados de la final.

Con Shengelia jugando de pívot y Polonara de ala-pívot, el partido llegó al final con empate a 64. Un desempate que llegó con un triplazo de Polonara, otro de los héroes de esta Fase Final. El Barcelona entró en catatonia, a punto de tirar la finalísima, sobre todo sin Mirotic. Pero varios tiros libres de Pierre Oriola forzaron el empate a 67, a 10 segundos del final.

Tiempo muerto de Ivanovic y jugada de pizarra, que dejó a Vildoza solo bajo canasta. Y el argentino, recién recuperado de una maldita lesión en el hombro, y llevándose el MVP del título más milagroso, anotaba el 67-69, una canasta que ni Cory Higgins pudo voltear. «¡La vida es buena!», declamaba entre lágrimas el argentino. «¡Somos campeones, su puta madre!»