La soledad y el miedo que conlleva una decisión

He aquí un filme que te lanza un directo contra la mandíbula y te deja grogui contra las cuerdas, a punto de besar la lona. “El acontecimiento” te convulsiona de la manera más efectiva, siendo honesta y colocando al espectador en una tesitura difícil.

Con todo ello no quiero decir que estemos ante un filme perverso en su impacto, más bien todo lo contrario, porque lo que aborda la película es la crónica de una joven universitaria cuyas ansias de estudiar, de hacerse un hueco en la vida y cumplir sus deseos, se ven truncados por un embarazo no deseado.

Cabría matizar que nos encontramos en los años 60, en un Estado francés que abandera la igualdad, la fraternidad y la libertad pero en el que el aborto es ilegal.

Audrey Diwan ha tomado como referencia una novela que ya era de por sí bastante difícil de plantearla mediante imágenes, pero logra en todo momento su cometido gracias a un guion implacable y a la apabullante interpretación que realiza Anamaria Vartolomei.

Se trata de una obra muy enérgica, cuya rigurosidad visual impacta y que cuenta con la rara virtud de no incluir secuencias prescindibles.

Sola ante cada una de las etapas que protagoniza, el personaje encarnado por Vartolomei vivirá el rechazo de quienes hasta no hace mucho eran sus compañeras de clase y habitación, del joven que compartió con ella una relación fugaz y de una sociedad en la que impera la hipocresía de quienes por tener mayor nivel econonómico gozan de mayor privilegio a la hora de abortar con mayores medidas de seguridad que aquellas que, como en el caso de la protagonista, se ven forzadas a recurrir a la clandestinidad. Diwan provoca en el espectador que se remueva en la butaca en secuencias en la que topamos con ese espacio de agujas y sangre y que captan el miedo como una secuencia lógica del encuentro entre la abortera y la protagonista.