OCT. 16 2024 Nada de nada Carlos GIL ZAMORA Analista culttural Participé en el Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz en una mesa que llevaba el rutilante título de “Función actual de la Crítica Teatral”. Hacía muchos años que no me dejaba tentar. Resucité mis resentimientos, mi mirada más distante del oficio omo un buen ex excrítico. Las circunstancias económicas, de espacio, de interés propician la intermitencia de mi aparición con críticas formales. El comentario general es que en la prensa diaria es una función desvencijada, No proporcionamos likes, somos prescindibles.Al volver a enfrentarme a la necesidad de pensar y, sobre todo, escuchar descubro que la digitalización ha influido en el orden de prioridades para ejercer la crítica. Antes una redacción debía admitirte, una empresa debía formalizar la manera de pagarte, existía una complicidad entre responsables de la sección y el que opinaba, tenía una importancia incluso en el sistema de producción teatral. Hoy en día el mercado está muy acotado, la opinión de cualquier bloguero se pone en el mismo renglón que la de una firma de un medio histórico y en esta relativización, lo que pierde es el rigor, el compromiso y el valor social y cultural del teatro, en general. Todo queda reducido al espectáculo, a lo mercantil. De calidades, referencias, contextualizaciones, nada de nada.