NOV. 08 2024 Atwood: «Muchos han tenido miedo de una presidenta mujer, y además negra» Nacida en Ottawa (Canadá) hace 84 años, su labor como escritora abarca todos los géneros. No obstante, escriba lo que escriba, siempre hace gala de su agudeza y de su compromiso. Prueba de ello son los quince relatos que integran “Perdidas en el bosque”, su último libro, que acaba de llegar a las librerías. Imagen de archivo de Margaret Atwood. (Rodrigo RUIZ CIANCIA (SALAMANDRA) | EUROPA PRESS) JAIME IGLESIAS A Margaret Atwood aún le persigue el éxito de “El cuento de la criada”, una novela escrita hace 40 años que, sin embargo, cada día que pasa se antoja más actual. Prueba de ello es que en la rueda de prensa virtual que concedió ayer para presentar la edición en castellano de “Perdidas en el bosque”, su última obra solo ocupó una parte reducida de las preguntas de los periodistas, la mayor parte de los cuales inquirieron a la escritora, como voz autorizada en distopías, sobre el momento histórico que estamos viviendo. En un mundo como el actual ¿tiene sentido seguir elucubrando sobre futuros indeseables? «Claro que tiene sentido -comenzó por decir Atwood- y lo tiene porque las cosas siempre pueden ir a peor. Las utopías tuvieron su apogeo en el siglo XIX, en una época de grandes progresos científicos e industriales. En aquellos años la gente no se sentía desalentada ante el futuro sino alentada por ese progreso. Se pensaba que todo podía mejorar. Hoy sucede justo lo contrario». Atwood reconoce que, ahora mismo, puede que haya un exceso de novelas distópicas y que quizá sería positivo que a alguien le diera por escribir una utopía «porque son muchos los que necesitan vislumbrar algo de esperanza en un entorno marcado por la emergencia climática y la regresión en materia de derechos que amenaza a las mujeres». Sin embargo, como escritora, entiende a quienes prefieren retratar un porvenir sombrío antes que un futuro esperanzador porque «literariamente las utopías son aburridas ya que carecen de elementos de conflicto, en cuanto introduces uno de estos elementos ya te estás adentrando en terrenos distópicos». La autora canadiense reconoce, en este sentido, la influencia que ha tenido sobre ella la obra de George Orwell, a quien dedica uno de los relatos de “Perdidas en el bosque”, donde una alter ego de la propia escritora entrevista al autor de “Rebelión en la granja” a través de una médium. «Leí ‘1984’ siendo una adolescente y recuerdo que me sentí muy concernida por la pregunta ‘¿Cómo sería Gran Bretaña en el caso de vivir bajo un régimen totalitario?’ hasta el punto de que, cuando escribí ‘El cuento de la criada’, partí de esa misma premisa. Mi interés por las distopías y las derivas del totalitarismo vienen de Orwell». En este contexto, muchos aprovecharon para conocer la opinión de la escritora sobre el resultado de los recientes comicios estadounidenses que han devuelto a Donald Trump a la Casa Blanca. ¿Estamos viviendo una distopía, una historia de terror? ¿Encarna Trump esas derivas totalitarias a las que tanto teme Atwood? «Todo depende de si nos creemos todas las tonterías que ha llegado a decir como esa de que iba a crear campos de concentración para encerrar en ellos a todos los demócratas y a los inmigrantes. Dudo mucho que la sociedad estadounidense permitiera algo así, por lo tanto no, no creo que el triunfo de Trump lleve a EEUU a un escenario parecido al de la Alemania nazi. Lo que sí creo es que mucha gente, en EEUU, ha tenido miedo de tener una presidenta mujer, y además negra, pensando, quizá, que ella podía hacer con ellos lo que ellos llevan años haciendo con personas como ella. Hay un miedo cerval a perder privilegios de casta por parte de esa mayoría blanca anglosajona y protestante, que es la que ha dado el triunfo a Trump, no porque realmente estén de acuerdo con él, sino porque Kamala Harris les generaba desconfianza». Margaret Atwood considera urgente reactivar el debate sobre conciencia de clase: «En los últimos años se ha hablado mucho sobre identidad, pero muy poco sobre clases sociales y eso ha coincidido con un cambio en las filiaciones. Los republicanos ahora mismo reciben sus apoyos de la clase media y trabajadora, mientras que sobre los demócratas hay una percepción de que representan a las élites, no tanto a las élites económicas, pero sí a las élites culturales, a los sabelotodo, a los listillos». La escritora aprovechó también para reflexionar sobre el concepto de memoria, explicando que muchos de los relatos que integran “Perdidas en el bosque” están inspirados por su propio dolor, sobre todo por el que le inspiró la muerte de su esposo, víctima de una enfermedad neurodegenerativa: «La memoria es algo tan frágil y tan engañoso… Nuestra evocación del pasado nos remite a un espacio que ya no es real, que solo existe como recuerdo». Ella misma está transitando ese camino ahora mismo, enfrascada como se encuentra, en la redacción de sus propias memorias: «Un libro de memorias no es exactamente una autobiografía sino que parte de cosas que tú puedes recordar y la mayor parte de lo que podemos recordar son cosas estúpidas o catástrofes. Además, la memoria también es cambiante. Por ejemplo, si piensas en la pérdida del primer amor, a los 18 años lo recuerdas como un drama, a los 30 tiendes a evocarlo como algo curioso, divertido, y a los 70 ni siquiera recuerdas el nombre de esa persona cuyo abandono te causó tanto dolor». UTOPÍA«La gente no se sentía desalentada ante el futuro sino alentada por ese progreso. Se pensaba que todo podía mejorar. Hoy sucede justo lo contrario». ÉLITES«Los republicanos ahora mismo reciben sus apoyos de la clase media y trabajadora, mientras que sobre los demócratas hay una percepción de que representan a las élites, no tanto a las élites económicas, pero sí a las élites culturales, a los sabelotodo, a los listillos».