DEC. 21 2024 1978 «Argala», una muerte que legó un país vivo Retrato de Jose Miguel Beñaran Ordeñana, «Argala». (OLASO DORREA FUNDAZIOA) Maddi TXINTXURRETA Periodista A José Miguel Beñaran (Arrigorriaga, 7 de marzo de 1949-Angelu, 21 de diciembre de 1978), de niño no le inquietaba especialmente la cuestión nacional vasca. De hecho, víctima del adoctrinamiento franquista en las aulas, se consideraba a sí mismo un patriota español y partidario del dictador. Sin embargo, las referencias de sus padres, estos sí abertzales, y las emisiones nocturnas de Radio Pirenaica, lo acercaron a la cuestión vasca, al principio desde un interés pueril, y más tarde, cuando rondaba ya la mayoría de edad, se acercó tanto que pudo ver la verdad sobre aquello que le intentaron meter en la cabeza en la escuela. Cuenta la periodista Mertxe Aizpurua en el libro “Argala. Pensamiento en acción” (2019) que en los viajes de ida y vuelta en tren que realizaba “Argala” a la academia Luco de Basauri, donde estudiaba entonces, coincidía con Josu Urrutikoetxea e hizo amistad con él. Comentaban, en voz baja y ayudados por el traqueteo ferroviario, los sucesivos aconte- cimientos que tenían que ver con ETA, organización que comenzaba a causar furor entre la juventud vasca. Ambos entrarían pronto en ella, entre 1968 y 1969. «Curiosamente -recoge la biografía de “Argala” que Aizpurua, ahora diputada de EH Bildu en el Congreso español, publicó cuando era periodista en GARA-, en un cruce casual y sin que ninguno de ellos llegue a saberlo, los dos han facilitado el nombre del otro como persona proclive a ser captada por la organización». El final del año 1968 y el inicio de 1969 estuvieron marcados por varias detenciones de militantes de ETA, que derivaron en el sumario 31/69, que a su vez dio lugar al Proceso de Burgos. El resultado de estas operaciones policiales, afirma Aizpurua en el libro, «supone que la práctica totalidad de los cuadros de ETA en el sur de Euskal Herria está detenida o ha huido al norte». Varios militantes, incluidos “Argala” y Urrutikoetxea, quedaron huérfanos en medio de un clima de represión que el régimen recrudeció en 1970. Paradójicamente, fue la denuncia popular masiva que se concentró en torno al Proceso de Burgos la que fortalecería el músculo de la organización con nuevos militantes. ETA, entonces dividida entre los partidarios de la V. Asamblea y los de la Sexta, quería responder a la acometida represiva de Francisco Franco y, de hecho, “Argala” y otros compañeros comenzaron a excavar un túnel junto a la cárcel de Burgos para lograr la liberación de los dieciséis procesados. Una pared de hormigón armado impidió avanzar en la excavación y frustró la huida de los prisioneros, aunque más tarde a “Argala” le vendría bien la experiencia en cavar túneles. LOS ÚLTIMOS AÑOS En efecto, José Miguel Beñaran fue uno de los integrantes del Comando Txikia que participó tres años después en el atentado contra el presidente del Gobierno antidemocrático español Luis Carrero Blanco; fue quien tuvo la idea de cavar el túnel que daría muerte al almirante en una acción que hizo tambalear los cimientos de la España franquista. Apenas dos años después moriría porl fin el dictador Franco y comenzaría en el Estado la mal llamada «Transición». Que un grupo de vascos y vascas armadas que había provocado hasta el momento una única muerte premeditadamente -la del torturador Melitón Manzanas- y no había actuado hasta enconces fuera de Euskal Herria consiguiera ejecutar un atentado como aquel, burlando a las Fuerzas de Seguridad de la dictadura, era insultante para los integrantes de los servicios secretos (SECED) que el mismo almirante se había encargado de renovar. Por ello, los responsables del SECED se pusieron en marcha con un claro propósito: venganza. La cuenta atrás para la muerte del militante de ETA ya había comenzado. El de Arrigorriaga se encontraba exiliado en Ipar Euskal Herria cuando en 1976 fue detenido por la Policía francesa y confinado en la isla de Yeu junto a otros refugiados vascos, donde se casó con su compañera Asun Arana. Un vídeo que en su día publicó GARA y que ahora recupera Artefaktua en su versión online muestra la salida de algunos refugiados, entre ellos “Argala”, de Yeu en febrero de 1977. Un archivo histórico de gran valor, sin lugar a dudas. A su vuelta a Euskal Herria, participó activamente en las conversaciones de Txiberta, auspiciadas por Telesforo Monzón. Sin embargo, la muerte ya le respiraba en la nuca. El día después del quinto aniversario del atentado contra Carrero Blanco, con la ayuda del grupo paramilitar que luchó contra la independencia de Argelia, el 21 de diciembre de 1978 mataron al histórico dirigente de ETA en la localidad labortana de Angelu, al hacer detonar la bomba que previamente habían colocado bajo su coche. Unos días antes de su muerte, Beñaran grabó un mensaje dirigido a su pueblo natal, que vería la luz después de que a Arrigorriaga le arrebataran a su querido paisano. Ignoraba que lo que transmitiría con aquel mensaje, haciendo un llamado a que el pueblo vasco se organizara, se convertiría en su legado póstumo. Esta es una de las frases que destaca de aquel texto: «Yo sé, por experiencia, que a los militantes de ETA no les gusta la violencia. Me conocéis un poco a mí, por lo menos algunos, sabéis cómo era cuando vivía ahí, y sabéis que tampoco me gustaba. Esta misma es la situación de todos los militantes de ETA, pero se ven obligados a luchar». El periódico “Egin” no pudo informar del deceso del histórico militante de Arrigorriaga: sus trabajadores y trabajadoras estaban en huelga. Y, por ello, el bertso que Xabier Amuriza dedicó a José Miguel Beñaran “Argala” se publicó en la edición del 27 de diciembre de ese año, al día siguiente de que se celebrara el funeral en la localidad que vio nacer al dirigente de ETA. Así despidió el bertsolari a “Argala”: Abenduaren hogeita bata hura berri kriminala goizean entzun genuenean bota zutela Argala. Oraindik gure historia da luzea eta zabala uste duenak Euskadi bere mutilarekin hil zala bizirik utzi zuen herriko oihua jaso dezala. [1981] «Podía haber sido un buen político» En el tercer aniversario de la muerte de José Miguel Beñaran “Argala”, el diario “Egin” publicó una entrevista realizada a su madre, Feli Ordeñana, en la que decía de su hijo que era «muy avanzado en la política», por lo que veía en él un buen candidato a político. «Tenía muchas ideas, era muy avanzado en política y pienso que sus teorías hubiesen sido muy buenas para Euskadi», dijo Ordeñana. Al mencionar la muerte de “Argala”, su madre admitió que a veces dudaba si merecía la pena que se dieran «vidas tan jóvenes». Le fastidiaban ciertos comentarios que hacía la gente: «No lo digo por todos, porque ya sé que hay gente concienciada y luchadora, pero no puedes evitar que te de rabia cuando sientes ese desprecio. Claro que no voy a pedir que los quieran si no están de acuerdo con sus ideas, pero mi hijo y otros luchadores muertos han tenido una voluntad de que Euskadi sea libre, y eso hay que respetarlo». Desde hoy, la entrevista a Feli Ordeñana que “Egin” publicó en 1981 se puede leer de manera íntegra con Artefaktua. «El PSOE no teme a ETA, sino que el 70% de los vascos compartan los objetivos de ETA» MENSAJEUnos días antes de su muerte, Beñaran grabó un mensaje dirigido a su pueblo natal: «Sé, por experiencia, que a los militantes de ETA no les gusta la violencia [...], pero se ven obligados a luchar».