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DE REOJO

Ingravidez selectiva


Entre la inocencia, el compromiso, la imaginación y la realidad virtual existe un vinculo secreto que conocen algunos nigromantes seleccionados por las fuerzas oscuras. El resto somos pasajeros de naves perdidas en un agujero negro dentro de una historia acomodaticia. Sin excesivo convencimiento, creo que hay una elite que ha logrado una ingravidez selectiva. La gran duda es que si este síntoma difuso es suficiente para marca una era diferente a lo pactado en el G20, o es un simple epígono de una involución hacia lo reptiliano con bitcoins.

Si pongo en fila a una serie de nombres, apellidos, ideas y conceptos me sale un árbol genealógico de la desfachatez, de lo inverosímil, de lo prefabricado y contaminante. Aldama, Ayuso, Borja Mari, Tebas, Mussolini, Mazón, Trump, Milei, conciliación, progreso, monarquía, Perro Sanxe, Vinicius, roscón de reyes, autonomía, preservativos, fusión, libertad de expresión, jueces, libertad condicional. Me paro. No soporta mi presión arterial tanta aleatoriedad concurrente en un estadio gaseoso de preconciencia anarcoide de extrema derecha.

No busque más, la ley de la ingravidez está ganando la batalla, aquí el peso de las cosas, las ideas, los acontecimientos o la ética están siempre en subasta. No es suficiente con nombrar, hay que renombrar y dotar a cada palabra, nombre, concepto de valor de uso, no solamente de cambio. Ya falta menos para el día señalado para la llegada de ejércitos de querubines trans apoyados en los ángeles negros que están en una orgía musical dodecafónica con sus arpas de litio. O algo parecido.