DEC. 29 2024 Luisa Chillida invita a adentrarse en el bosque pictórico instalado en Ekain El visitante que llega a Ekain Arte Lanak se adentra en un bosque -así se llama la muestra, “Basoa”- cuyos árboles desnudos evocan la época invernal. Su autora, Luisa Chillida, invita a dejarse abrazar por él. La artista presenta cerca de 45 trabajos, en su gran mayoría pinturas. Es su obra más reciente, resultado de una exploración artística que la lleva a abordar disciplinas muy diversas. Luisa Chillida, en su estudio, rodeada de los cuadros que componen la serie «Basoa». (Alberto COBO) XOLE ARAMENDI DONOSTIA A Luisa Chillida le gustaría que las personas que entren se sintieran abrazadas por los árboles. «El panorama no es muy alentador en este momento: genocidios, guerras, el auge de la extrema derecha… Estoy bastante afectada, la verdad. Uno acaba queriendo refugiarse en algo. No mirar a eso tan feo y enfocarse en algo que le aporta algo positivo. Les invito a que reflexionen, veo a la gente un poco acobardada, la verdad. Me impresiona la poca reacción que está habiendo a nivel humanitario en muchos aspectos, es muy descorazonador. Lleva siéndolo mucho tiempo, y ahora es poco pudoroso», señala. Ha quedado conforme con la exposición. Por lo que respecta a la técnica, en la gran mayoría ha utilizado pintura acrílica y la muestra incluye también varios grabados. Predominan los colores fríos en los troncos alargados de los árboles, y sus frutos tienen tonalidades de tierra, de más calidez y viveza. «Al principio las formas de los frutos eran más orgánicas o similares a copas de árboles y es verdad que he ido tendiendo a la abstracción de las formas, buscando la mínima expresión. De hecho, hay algunos cuadros en los que, si tapas alguna rama, podría ser perfectamente un cuadro abstracto. Empecé pintando bosques más figurativos y más abiertos, con más cantidad de árboles, y los últimos se alejan cada vez más de la realidad». La artista explica que prefiere hablar e influir poco sobre su obra. «Siempre me ha gustado que sea algo abierto y muy libre. Me parece igual de válida la opinión del espectador al ponerse delante de una obra de arte que la que tiene el propio artista al hacerla. Desde muy pequeña he estado rodeada del mundo del arte y, obviamente, entonces no entendía lo que era el arte, el artista y lo conceptual. Cada uno percibe las cosas de una manera muy libre cuando es niño, sin ningún tipo de contexto. Aprendí a entender el arte de una manera muy libre. Al hacerme mayor, fui entendiendo un poco. Pero el ‘Peine del Viento’ era mi ‘Peine del Viento’ para mí. Me decían cosas y yo pensaba que me gustaba más el mío que lo que me estaban contando. De ahí viene mi reticencia a hablar en exceso de lo que yo hago. Cuando me dicen ‘explica el cuadro’, ‘explica por qué’… Para empezar, hay muchas cuestiones que no tienen una razón tan definida. Esa es la realidad. Otras sí la tienen, pero la tienen para mí, de una manera personal que tampoco veo necesario compartir. Y me gusta respetar la recepción de quien ve la obra», explica. CAMINOS El proceso creativo le muestra diversos caminos y ella decide en cuál adentrarse. En el caso de “Basoa”, todavía no da por finalizada la senda elegida. Confiesa ser dispersa. «Es la lucha conmigo misma, no dispersarme en los caminos que voy encontrando y profundizar en uno. Los otros ya llegarán, aunque es verdad que siento que no tengo tiempo en una vida para hacer todo lo que quiero; me entra el ansia». «Parece que, si te enfocas en una sola disciplina, eres más seria, y es un error», dice. Como ocurre en el caso de muchos artistas, la naturaleza es fuente de inspiración para ella. Es ahora, tras ver sus últimos trabajos, cuando se ha percatado de que el proyecto estaba latente desde hace una decena de años. «Hace poco me di cuenta de que un cuadro que le hice a una amiga hace ya 12 años era muy parecido a las obras de esta exposición; se ve que la idea estaba ahí. Fue un camino que no tomé entonces y que ahora, al tomarlo, me ha llevado a esta exposición», indica. Expone desde los 18 años y reconoce que no ha seguido los circuitos habituales. Confiesa que realiza pocas muestras. «Hago cosas muy distintas y me gusta que la gente lo vea, pero tardo más de lo que debiera, y muchas obras se quedan sin enseñar… Lo social me da pereza y tiendo a evitar la parte que no me divierte tanto, las fotografías… Las redes sociales te permiten enseñarlo de otra manera que antes no existía. Aunque es verdad que no es lo mismo verlo en un ordenador o en una galería», reconoce. PRODUCCIÓN MUY DIVERSA Su inquietud artística la lleva a tener una producción muy diversa. En ella convergen el arte -grabados, obras en papel, láminas-, y las artes decorativas -joyas cerámica, esculturas decorativas, lámparas-. Su formación incluye estudios de arte y, posteriormente, joyería. El dibujo y la pintura tienen una presencia constante, disciplinas que va alternando con la escultura y el grabado… «Creo que en realidad es una buena combinación y que están unidos. Una alimenta la otra», dice. «Desde que terminé los estudios, para ganarme la vida trabajaba en diseño gráfico y producto. Ya también hacía joyería. Todo ello de manera desordenada. Los objetos decorativos están unidos porque no realizo series. Una joya es una mini-escultura. La única diferencia es que los objetos decorativos tienen una utilidad concreta y los objetos artísticos, no. En el caso de los primeros es un desfogue, como divertimento. Es una técnica que domino y me resulta simpática y liviana. Me lo tomo de una manera mucho más libre y de juego. No tiene nada que estar ver horas y horas dándole vueltas pintando en una habitación», cuenta. Las artes decorativas le aportan el colchón económico que le permite dedicarse al arte con más libertad. «Es más fácil mantenerte económicamente con las artes decorativas que con el arte. Sabiendo que saco un dinero con eso, no tengo la obligación de exponer cada cierto tiempo ni complacer a nadie pensando si va a gustar o se va a vender. He encontrado el equilibrio después de muchos años. Toda esa profundidad que tiene el arte para mí… soy más laxa a la hora de aceptar los productos que al aceptar un cuadro, digamos. Las artes decorativas te ayudan a perder el miedo al papel en blanco. Te invitan a estar más receptivo y con la mano más suelta», explica. Los interesados pueden encontrar la obra de Chillida en la página web Suuit (https://suuit.com/es). Cada material condiciona la obra. «Los materiales que requieren de una preparación previa… tengo que estar más preparada a la hora de hacer una escultura. Tienes que decidir qué cantidad de tierra vas a coger, qué cantidad de hierro, qué material vas a usar… algo tienes ya en mente. Ante un lienzo puedes dejarte llevar más fácilmente». INFLUENCIAS Al ser niña, no tuvo la ocasión de compartir horas de estudio con su abuelo Eduardo Chillida. «Andrés Nagel me dio clases de dibujo y cerámica de pequeña y lo tengo muy adquirido, no soy objetiva. Es lo que he visto en casa, mis padres, mis tíos paternos, tendría que nacer otra vez para no tener referencias muy metidas. Mis padres muy generosos y me han apoyado», explica. ¿Se ha presionado a sí misma por ser nieta de Eduardo Chillida? «No he sentido nunca que tuviera que compararme con nadie ni sentirme presionada. Nadie de mi entorno me lo ha transmitido. ¿Con quién me tengo que comparar? Con nadie… Si fuera así, apaga y vámonos… Admiro mucho la obra de mi abuelo y de Andrés Nagel. Este último me recibió en su taller durante dos años para darme clases de materiales que me interesaban. Mi abuelo se murió cuando yo tenía 20 años y recuerdo que siendo niños nos animaba a dibujar, pero ya mayor no tuve conversaciones con él sobre arte, tuvimos otro tipo de relación», recuerda. INTERPRETACIÓN«Me parece igual de válida la opinión de cualquiera al ponerse delante de una obra de arte que la que tiene el propio artista al hacerla». LIBERTAD«Es más fácil mantenerte económicamente con las artes decorativas. Sabiendo que saco un dinero, con eso no tengo la obligación de exponer cada cierto tiempo ni complacer a nadie».