APR. 01 2025 DE REOJO Mañana será otro día Raimundo FITERO Todo sucede a un ritmo vertiginoso en procesos de descalificación simultáneos. Se anulan entre sí las noticias y los bulos. Las amenazas mafiosas aparecen mucho más en los noticiarios que en las películas de serie B. Sigue siendo la boca vidriosa del hombre naranja la fuente mayor de incertidumbre y desasosiego democrático. Ya vislumbra vías legales para poder optar a un tercer mandato y lo dice con una soltura que supera cualquier anecdotario o secuencia identitaria codificada. Como mañana será otro día y dice con expresión delirante el hiperactivo Donald que será el día de la liberación porque entran en vigor los famosos aranceles, aunque se necesita un Excel cuántico para saber con exactitud cuánto porcentaje, en qué países y a qué productos se aplican, debemos mantenernos en alerta total para comprobar qué nos roban realmente estas medidas en lo económico, lo social, lo político y personal. Lo único cierto es que se trata de un plan para reventar la estabilidad global en beneficio de unos pocos seleccionados. Ver salir de un tribunal parisino a Marine Le Pen con una condena de cárcel de cuatro años y cinco de inhabilitación, nos sitúa otra vez en el cruce entre justicia y política. No va a poder concurrir a las elecciones presidenciales de 2027. En Rumania la autoridad judicial ha quitado de la lucha electoral al candidato de un partido radical que por sorpresa había sido el ganador de la primera vuelta. Nos está quedando un mundo resquebrajado en sus principios básicos democráticos. La separación de poderes es una ilusión. La injerencia de unos en otros una tradición.