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La cama de Procusto en Busturialdea


Procusto, una figura de la mitología griega, era posadero y bandido. Ofrecía alojamiento al viajero, invitándole a dormir en una cama de hierro en la que, mientras dormía, lo ataba. Si la víctima era alta le aserraba lo que sobresaliera, y si era de menor tamaño, lo descoyuntaba hasta encajarlo en el catre. La figura de la cama de Procusto se utiliza para muchas situaciones: deformar los datos de la realidad para que se adapten a una hipótesis preconcebida; aplicar un modelo estándar válido para todo y justificarlo en aras a la igualdad...

Es lo que está ocurriendo con el proceso de elaboración del Plan Económico Comarcal para Busturialdea, cuyo Foro se reunió por segunda vez el 6 de mayo, sin orden del día ni papeles previos, para informar por encima y rellenar un formulario de prelaciones. Como en la anterior ocasión, el ejercicio de los asistentes -agentes y funcionarios−, consistió en improvisar, tras una andanada repentina de proyectos seleccionados por el Grupo Motor (EJ-GV, BFA, las veinte alcaldías y BMasi de oficiante), sin cifras sobre cada proyecto, ni saber si está o no prefinanciado.

La novedad en esta ocasión es que Ainara Basurko (diputada de Promoción Económica) señaló el tamaño de la cama. Era de 50,50 millones euros, 24 procedente del Eusko Jaurlaritza, y lo mismo o, quizás, algo más, de Bizkaiko Foru Aldundia. Como en “El Correo” (3-12-24) se filtró que serían 100 millones, cabe preguntarse si hay rebajas ahora, o es que habrá propina si se presiona. En todo caso, es el mismo procedimiento y cama, que en las otras ZAP (Zona de Atención Prioritaria) ya aplicadas en Araialdea, Debabarrena, Oarsoaldea, Enkarterri, Ezkerraldea y Meatzaldea.

Si en el primer foro se conminó a los presentes a hacer la primera carta al Olentzero, y resultaron más de cien necesidades, en el segundo Foro ya se han presentado diecisiete seleccionadas, parte de ellas ya en curso: saneamiento, suministro de agua, Sollube, Autzagane-Muxika, bidegorri Muxika-Bermeo, Trenbidea, barrios degradados, vivienda pública, fortalecer Lanbide, polígono de Muxika, Inama, apoyo a contenidos tecnológicos, Bermioko Portue, agencia comarcal, acciones de medio ambiente, patrimonio y Gernikako Azoka. ¡Numeren las diecisiete para que seleccionemos y queden unas pocas! Seis es el estándar y, además, deben equilibrar epígrafes (economía, infraestructuras, social, patrimonio...) e impactos (económico, calidad de vida, territorial).

Si añadimos que las caras infraestructuras pendientes no presupuestadas en algún otro programa (Sollube y otros), también entrarían −con veinte años de retraso por desidia institucional− lo que queda, por ejemplo para la acción de promoción económica y social, es casi nada. Todo frustrante. La respuesta al declive de la comarca (la penúltima en PIB per cápita de Bizkaia) es un quedabién de un programa a cuatro años, y luego ya me olvido.

Recordemos que esta declaración de ZAP nació bajo presión social, a modo de compensación ante la crítica por los impactos negativos ecológicos que tendría el Guggenheim Urdaibai y sus limitados efectos económicos. Este trato sin perspectiva de largo plazo, aunque reconoce a Busturialdea como comarca en declive, no la considera «zona de sacrificio económico» que se hizo cargo, para bien, de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai en 1984, pero sin compensaciones económicas, y está necesitada de medidas urgentes, polivalentes y profundas para que no pierda el pie también en la era de la descarbonización. Hay, así, una deuda histórica con la comarca y el café para todos no es la respuesta.

Por la metodología adoptada, lo que se queda por el camino, además de la mayoría de las diecisiete medidas, es mucho y sustancial.

En infraestructuras: habilitación de suelo industrial para Bermeo y Gernika-Lumo; Plan Urgente para minimización de la inundabilidad de Busturialdea; dar salida a los Elkartegi vacíos de Gernika y Arratzu. En ecosistema: Plan de restauración ecológica de la cuenca del río Oka, de la red fluvial y de las marismas. En lo social y cultural: programas de empoderamiento de las mujeres, de promoción del euskara, de atención a la inmigración, de trabajo doméstico, de residencias, de plan cultural, ampliación de planes de estudio en los EFP de Barrutia y Bermeo. En economía: consolidación de los clúster sectoriales existentes (U-Bai); instalación de un centro tecnológico en campos como medio ambiente, energía, o nuevos materiales (en Muxika o Elkartegi); apertura de una línea de empresas en economía verde, transición ecológica o 4.0, capitaneada por algún grupo con incentivos; un plan rural para el incremento de hasta un 20% de la tierra dedicada a la producción agroecológica; industrias creativas; moratoria para la instalación de grandes superficies; un plan de turismo.

Aún se está a tiempo de enderezar el entuerto: extraer todas las infraestructuras del Plan y aprobar, aparte, un programa de infraestructuras de movilidad, Polígono de Muxika, saneamiento, suministro de agua y prevención de inundabilidad a 5 años; rebobinar el Plan e incluir solo medidas tractoras −y no un listado por decantación de votos por intereses locales−, tras evaluación de impactos de cada una; presentar otra cama, otra metodología que, tras cotejar las necesidades de la comarca, las periodice a veinte años, dando preeminencia a las de más urgencia y mayor impacto tractor, con cuatro planes de cinco años cada uno, para cumplimentarlo. Si no fuera así, algunas alcaldías se lo deberían pensar antes de homologar el plan oficial propuesto.

Al final, el héroe Teseo le aplicó su propia medicina a Procusto. Sin llegar tan lejos, sí cabe conminar a las instituciones a que afronten la realidad del declive comarcal, presentando un lecho ergonómico, estirable en tamaños y tiempos para que quepan las necesidades locales más tractoras y Busturialdea salga de su bella postración.