MAY. 19 2025 BONHOEFFER, EL ESPÍA Ambición dispersa bajo la sombra de Angel Studios Gaizka IZAGIRRE HERNANI Resulta especialmente llamativo que “Bonhoeffer, el espía”, una película sobre Dietrich Bonhoeffer, un hombre cuya fe y principios lo llevaron a convertirse en un espía y participar en un complot para asesinar a Hitler, esté producida por la productora Angel Studios, conocida por impulsar contenidos con una fuerte impronta cristiana conservadora. Producciones como “Sound of Freedom” han sido señaladas por mezclar hechos reales con elementos de teorías conspirativas vinculadas a movimientos de extrema derecha, como QAnon. Pasando a la película en sí, Todd Komarnicki se adentra en el terreno del biopic bélico con una mezcla de historia, reflexión teológica y suspense. Su propuesta intenta captar la complejidad de un personaje fascinante, pero en ciertos momentos se queda a medias. La película explora el proceso mediante el cual Bonhoeffer pasa de ser un pastor intelectual a convertirse en un participante comprometido con la resistencia. El problema radica en que el guion quiere querer abarcar demasiado, tratando de cubrir todas las facetas del protagonista sin profundizar realmente en ninguna de ellas. La narrativa se vuelve dispersa y, sumada a una duración excesiva, el ritmo se resiente y terminan por agotar. La elección de una estructura no lineal, con saltos constantes entre diferentes etapas de la vida de Bonhoeffer, complica aún más la comprensión y deja la sensación de que la película no termina de encontrar su propio pulso. La película merece crédito por adentrarse en una historia poco conocida y relevante, pero desde el punto de vista cinematográfico se queda bastante corta. Su narrativa poco equilibrada y una duración excesiva terminan lastrando gran parte del metraje.