MAY. 22 2025 DE REOJO Pecados encadenados Raimundo FITERO La noción de pecado es una daga invisible clavada en el esternón que se difunde de manera intermitente por todas las conexiones nerviosas y neuronales hasta provocar un cortocircuito permanente cuando todos los fusibles saltan o cuando en un ejercicio de limpieza sacra uno abandona la pesada mochila que nos van inculcando en los púlpitos y las aulas. Que Juan Antonio Reig Pla, obispo emérito de extrema derecha, vincule las discapacidades genéticas al pecado de los progenitores es una conjura de los todos diablos atrapados por la cola y no tiene absolución posible. Los eméritos en todas las jerarquías de poder dan malos ejemplos de manera reincidente. La sociedad global lleva años cometiendo pecados por omisión que pueden volverse capitales en un tiempo prudencial. Alejandría está sufriendo un deterioro alarmante en sus cimientos por filtraciones de agua salada debido a la fuerte erosión en sus costas fruto de la subida del nivel de las aguas, de las tormentas y marejadas superlativas y todo lo que nos advierten que está pasando por culpa de no atender al cambio climático con las medidas oportunas. Los apartamentos a pie de playa se van a devaluar de manera inminente. Una catedrática nos señala un pecado institucional estructural y en una entrevista pide que las universidades de medicina sirvan para crear buenos médicos generalistas y que no sean una simple academia para aprobar el MIR. Demoledora reflexión. La medicina primaria es la auténtica barrera contra las enfermedades. Y en todos los sistemas faltan doctoras para cubrir todas las plazas de manera solvente.