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SANFERMINES 2025

Cientos de perjudicados en el encierro de la villavesa

El encierro de la villavesa puso ayer punto final a los sanfermines 2025. Cientos de gaupaseros estiraron el chicle y el Movimiento 15 de Julio, con Miguel Indurain a la cabeza, cumplió, un año más, con la cita, dejando un balance de cientos de «perjudicados». Con la celebración de la surrealista carrera, sí que empezó la cuenta atrás. ¡Ya falta menos!

Indurain, en pleno esfuerzo. Abajo, San Fermín disfrutando de su salida del 15 de julio y, a la derecha, Santo Domingo poco antes de comenzar la carrera. (Idoia ZABALETA | FOKU)

Como cada día, al final del encierro, los espectadores y familiares esperaban el parte médico del evento. Por discreción, no daremos ni iniciales, pero además de algunos corneados y numerosos contusionados, al final (y al principio) del encierro se observaban cientos de perjudicados.

El tradicional encierro de la villavesa cumplió su cometido. Congregó, minutos antes de las 8.00, en la cuesta de Santo Domingo a cientos de gaupaseros, almas sanfermineras que se resistían a poner fin a las fiestas iruindarras.

Poco a poco el repecho se fue llenando de corredores. Algunos hicieron pleno, corriendo los nueve encierros de los sanfermines. Otros también, resistiendo las nueve noches de fiesta.

Los corredores aguardaban el cohete con San Fermín subido a la hornacina y las mozas y mozos exponiendo un amplio repertorio de cánticos. Mientras tanto, Indurain y su comparsa del Movimiento 15 de Julio aguardaban en los corrales de Santo Domingo, cerveza en mano y bajo un agradable sol mañanero.

Con el cohete y no sin dificultades, Indurain remontó, subido en su mítica Espada, los primeros metros de la cuesta de Santo Domingo hasta encontrarse con el verdadero pelotón, compuesto por los citados gaupaseros y los cada vez más curiosos que se aglutinan a lo largo del recorrido.

Entre los corredores, habituales del encierro como Iker, a quien, a diferencia del resto de días, la masificación no le molestaba en exceso. «He recibido hoy más codazos que en todos los sanfermines. Pero bueno, hoy no me duele».

CON PASTOR Y TODO

Otro habitual y que llamó la atención de muchos de los presentes fue Koldo. Pastor durante los encierros del 7 al 14 de julio y que ayer, vara en mano, tuvo más tarea que nunca. «El ganado lo llevo mejor, estos dan más trabajo», señaló con humor, antes de ponerse más serio y recordar, en este encierro, a «los compañeros de las villavesas que están en lucha».

No era fácil avanzar e Indurain y su séquito lo hizo a trompicones. Los momentos de mayor tensión se vivieron, como suele ser habitual cada 15 de julio, en la curva de Mercaderes, donde el antideslizante expandido por el Ayuntamiento de Iruñea ya no hace efecto, con el resultado de decenas de personas por el suelo.

A las habituales montoneras, este 15 de julio en la calle Estafeta había que sumar los repartidores que comenzaban a poner cierre a las fiestas y a quienes había que esquivar. No todos los reflejos estaban al mismo nivel. A pesar de ello, nada evitó que la muchedumbre alcanzara la Plaza de Toros y reclamara que se les abriesen las puertas. Como cada año, sin respuesta. Pero tampoco esto fue problema. El encierro terminó en el callejón, la fiesta, no.