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TOUR 2025

El golpe de pedal de Pogacar no halla oponente en Peyragudes

El esloveno firmó un tiempo estratosférico de 23 minutos justos en los casi 11 kilómetros de subida al 7,6% de media de la estación de esquí pirenaica. Lipowitz ya amenaza la tercera plaza de un Evenepoel que volvió a sufrir otro día decepcionante.

Pogacar volvió a dejar claro que el mandamás del Tour es él. (Jasper JACOBS | AFP)

Hay un monologuista que destaca en el escenario del Tour y su nombre es Tadej Pogacar (UAE). El esloveno volvió a dar otra lección de fuerza en la cronoescalada de Peyragudes, logrando la victoria parcial 102 de su carrera profesional y metiendo otros 36 segundos a Jonas Vingegaard (Visma) al parar el reloj en unos estratosfé- ricos 23 minutos justos.

El ciclista danés al menos recuperó sensaciones y dobló casi en línea de meta al gran perdedor de la jornada, un Remco Evenepoel (Soudal) que sigue sin encontrar el golpe de pedal que le gustaría. Mantiene su tercer puesto en la general, pero ya siente el aliento de Florian Lipowitz (Red Bull), que se coloca a escasos seis segundos del flamenco.

Lo cierto es que solo cuando entraron en liza los corredores que están luchando por los puestos de honor la cosa se puso interesante. Hasta entonces, el tiempo firmado por Lucas Plapp (Jayco) -24:58-, un especialista contra el crono en trayectos llanos, se mostró como infranqueable, incluso para consumados escaladores.

ÚLTIMOS 300 METROS

Los casi once kilómetros de subida a la estación de esquí, sumado a las altas temperaturas, se les atragantaron a un buen número de especialistas. Los últimos 300 metros, con rampas del 18%, fueron la puntilla que acabó con las escasas fuerzas de más de uno.

Sí las tuvo Roglic, que fue el primero en romper las hostilidades cuando superó el tiempo de Plapp (24:20). Para entonces, los registros de los pasos intermedios ya anunciaban que se iba a bajar de los 24 minutos previstos por la organización, a la espera de lo que hiciese el extraterrestre Pogacar.

El primero que paró el reloj por debajo de esa marca fue Vingegaard, con la motivación extra de recortar a Evenepoel los dos minutos de antelación con los que había salido el líder de Soudal. El escandinavo se exprimió al máximo para superarle prácticamente en línea de meta, un duro varapalo para el corredor flamenco.

Sin embargo, de nada le sirvió esa gran actuación ante su todopoderoso rival. Con una bicicleta ligera tradicional y un casco normal, además de doble plato, Tadej Pogacar les dejó claro al resto que en este deporte lo que hacen falta son piernas. Y él las tuvo de sobra para volver a demostrar que está a otro nivel.