AUG. 05 2025 DE REOJO Falsedad documental Raimundo FITERO Lo que parecía una excepción, resulta ser una estrategia, un sistema para timar, también, en lo referente a los estudios académicos que colocaban en sus currículums oficiales. Quizás se deba buscar en los libros de instrucciones del candidato con problemas de autoestima, pero que se acumulen tantas muestras de falta de respeto a lo que es, en principio, estudiar, cursar una carrera, licenciarse o graduarse, es un síntoma de la perniciosa mala educación general que muestran tener los políticos en todas sus jerarquías. En todos los casos que se van descubriendo y son muchos, montones, lo que subyace es una manera de prosperar a costa del presupuesto del Estado. Llegar, por ejemplo, a presidente del Senado, debe dar una sensación de impunidad más que remarcable. Por lo tanto, el valor de los estudios como asunto personal, social, político queda relegado a una circunstancia casi decorativa. No importa no tener ni la más mínima idea, si tienes un cartoncito con un título, una firma y una borla, ya eres algo, no por lo que sabes, sino por lo que has pagado o te han regalado, o más directo, porque te lo has inventado para sentirte superior e importante. Pueden existir errores comprensibles por los cambios en la nominación, exageraciones de cubata, pero cuando esto abarca a tantos cargos del PP, a algunos del PSOE o de Vox, debemos comprender que son las acciones más destructoras de la confianza de la ciudadanía por unos bocazas incultos, adoctrinados, sin escrúpulos y la manera más eficaz de desprestigiar la universidad, el talento, el esfuerzo y la condición política. Y falsedad documental.