AUG. 11 2025 EDITORIALA Mantener las nucleares entorpece la transición El apagón del 28 de abril se convirtió en la coartada perfecta para que las compañías eléctricas lanzaran una campaña a favor del alargamiento de la vida útil de las centrales nucleares y una reducción de su tributación. Con el apagón tratan de justificar la necesidad de mantener la aportación nuclear a la red eléctrica. La realidad, sin embargo, desmiente completamente esa tesis. Las renovables se han convertido ya en la base del sistema eléctrico de la península, desplazando a las nucleares a un papel complementario para el que, además, no sirven, al estar diseñadas para un funcionamiento constante. Los continuos arranques y paradas no hacen sino aumentar las averías y, con ellas, el riego de que se produzcan accidentes más graves. El intento de alargar el uso de las nucleares obedece únicamente a un interés crematístico de las eléctricas. Han visto un filón para aumentar los beneficios que no había en 2019, cuando acordaron el cierre escalonado de las centrales. Entonces el precio del gas era bajo, por lo que la rentabilidad futura era dudosa. Ahora, sin embargo, la Unión Europea ha abandonado el gas barato ruso por gasoducto para comprar el licuado estadounidense más caro, lo que augura unos precios de la electricidad más elevados a medio y largo plazo, con los que las nucleares tendrán más margen de beneficio. Pero para consumar su plan necesitan ayuda del Estado, no para que les rebaje la tributación, sino para que les rebaje la tasa Enresa, que no es un impuesto. Las eléctricas pagan esa tasa a la empresa pública Enresa para desmantele las centrales nucleares cuando dejan de funcionar, como está haciendo con Garoña. Y si ese gasto no lo pagan las eléctricas, lo terminará pagando el contribuyente. Es simplemente otra modalidad para socializar gastos y privatizar beneficios. Mientras no haya capacidad de almacenamiento, el gas es la clave de la transición energética y hay muchos intereses en mantener el precio alto, como las empresas que venden reactores modulares pequeños (SMR). Intereses económicos contradictorios están condicionando la transición energética; en todo caso, la única energía nuclear que necesita es la del sol.