NOV. 09 2025 EDITORIALA Mamdani demuestra el valor de tener posturas firmes, discursos claros... y de no pisar el plátano {{^data.noClicksRemaining}} To read this article sign up for free or subscribe Already registered or subscribed? Sign in SIGN UP TO READ {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} You have run out of clicks Subscribe {{/data.noClicksRemaining}} La victoria de Zohran Mamdani en Nueva York es tan extraordinaria y a la vez tan lógica que todo el mundo intenta extraer lecciones. El plagio en campañas rara vez funciona, pero aprender es un rasgo de sabiduría política, tanto de las victorias como de las derrotas, lo mismo de los aliados que de los adversarios. En el caso de Nueva York, hay multitud de condicionantes que obligan a establecer prevenciones. Por mencionar algunos, hay que tener en cuenta el sistema político estadounidense y cómo funciona a nivel municipal, y hay que atender a las características socioeconómicas, culturales y demográficas de esa gran urbe. No se pueden olvidar la crisis y las tensiones internas dentro del Partido Demócrata -que Nancy Pelosi se retire es una señal-, ni que el momento está marcado por el poder de Donald Trump, por su afán autoritario y revolucionariamente retrógrado. LO QUE DE VERAS FUNCIONA ES FIJAR POSICIÓN En general, la ola autoritaria se ha dirigido contra los derechos de la gente pobre, de las personas migrantes, de las mujeres y de quienes no entran en una norma que los retrógrados siempre buscan estrechar. El éxito de la derecha tiene un carburante extra: que hay fuerzas democráticas que asumen en una u otra medida sus prejuicios, sus valores y su agenda. Esa es una estrategia suicida que alimenta el miedo y el agravio, promueve la discriminación y la violencia, y termina entregando el poder a los autoritarios. Entre los estrategas políticos se menciona a menudo el libro “No pienses en un elefante”, de George Lakoff. Ese animal simboliza al Partido Republicano, mientras el burro representa al Demócrata. La obra enseña estrategias para que los progresistas puedan vencer a los autoritarios. Propone no caer en los marcos mentales de los adversarios y crear otros propios. Suena sencillo pero no lo es. Y como todas las estrategias, lo crucial no es explicarlas, sino aplicarlas. Se menciona menos otro aspecto de esta teoría: las «pendientes resbaladizas». Esta es una maniobra en la que un paso o una toma de posición aparentemente menor sirve para activar otro marco mental, redirigir la conversación hacia otro tema o hacia valores progresistas. Entre otros, Lakoff menciona el aborto, pero sirve para otros temas polémicos como la migración, una de las pendientes que la derecha más utiliza para que la izquierda pise el plátano. Mamdani le ha dado la vuelta y ha provocado que sea el resto quien se deslice hacia sus fortalezas. Ha elegido un tema vital -el coste de la vida para la gente corriente de la ciudad- y ha fijado tres prioridades: congelar los alquileres, autobuses rápidos y gratuitos, y cuidado infantil universal. Todo ello sin ceder en sus principios y compromisos, lo mismo con la causa palestina que con las personas transgénero. NO PIENSES EN UN ELEFANTE, NI HAGAS EL MONO Volviendo a los animales totémicos norteamericanos, hay que señalar que, en Nueva York, el elefante en realidad era un burro sagrado, el depredador demócrata Andrew Cuomo. La lucha era muy desigual, pero esto demuestra que el talento y el carisma importan. Hay que elegir bien, en primarias y luego. También importan las campañas, y la de Mamdani ha sido espectacular, muy bien diseñada y ejecutada. Pero no tiene que ver -solo- con la utilización hábil de redes sociales, sino -sobre todo- con la coherencia entre el candidato, el programa y la campaña. Él es auténtico y la campaña ha sido muy profesional. Por eso, quienes tengan la tentación de copiarle o piensen que el secreto es hacer más TikTok, perderán la dignidad y probablemente los comicios. Por último, ser inspirador sirve de poco si luego no se sabe articular esa ilusión. 80.000 personas han participado de esta hazaña popular.