NOV. 17 2025 GENOCIDIO EN GAZA La histórica cita de San Mamés deja huella en Euskal Herria y Palestina La magnitud del partido en San Mamés seguía muy presente ayer en Euskal Herria. Las valoraciones de los protagonistas y el eco internacional coincidían ayer en señalar la cita del sábado como una jornada de solidaridad histórica que terminó desbordando el fútbol. Imagen del partido entre Euskal Selekzioa y Palestina celebrado el sábado en San Mamés. (Aritz LOIOLA | FOKU) Ibai AZPARREN IRUÑEA {{^data.noClicksRemaining}} To read this article sign up for free or subscribe Already registered or subscribed? Sign in SIGN UP TO READ {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} You have run out of clicks Subscribe {{/data.noClicksRemaining}} San Mamés ya está vacío, pero la sensación de haber vivido algo poco habitual sigue ahí, persistente en un estadio que retoma su rutina. Las cámaras y los focos ya no están, aunque las imágenes de la noche anterior seguían circulando ayer entre quienes no pudieron asistir -muchos con cierta envidia confesable- gracias, en buena medida, a quienes sí estuvieron y se dedicaron a compartir y postear cada momento. La resaca, la que el día borra, quizá se esfumó rápido; la otra, la emocional y la política, tardará bastante más en hacerlo tras un encuentro que desbordó lo deportivo y convirtió Bilbo en un espacio de solidaridad entre dos pueblos donde la reivindicación de la oficialidad confluyó con el apoyo a la causa palestina. Ayer tocaba digerir el poso de todo aquello. No solo el resultado, irrelevante en este caso, sino la magnitud social de lo vivido, que quedó perfectamente encapsulada en una frase del seleccionador palestino: «Es el día más importante de mi vida. Voy a contar esta historia, soy el entrenador palestino que jugó este partido». Ehab Abu Jazar recordó que «Palestina ha jugado un partido para defender la lucha palestina, sus derechos y el derecho a existir de su población». Lo definió como «un partido histórico» y reconoció que no podía «expresar con palabras» lo que sintió al salir al campo «con casi 52.000 personas gritando a favor de Palestina». Su primer pensamiento, dijo, fue hacia «el sufrimiento de mi familia y de la población de Gaza, y hacia los mártires deportistas de Palestina». La valoración de Jagoba Arrasate fue igual de nítida. «Ha sido inolvidable. Por supuesto que el fútbol no es lo más importante, pero puede llegar a cotas que no te puedes imaginar», dijo el técnico de Berriatua, que destacó «imágenes muy potentes» de la jornada: «El detalle que han tenido de regalarnos el pañuelo, el mosaico en la grada, el minuto de silencio, que nuestros jugadores han salido con niños y ellos no, que ha tenido una carga muy importante…». SIN PALABRAS Entre quienes hicieron vibrar a San Mamés con “Palestinians”, junto a Eñaut Elorrieta e Izaro Andrés, estaban Ahmed Hadad y Rahaf Shamali, miembros de Sol Band. GARA charló con ellos ayer en Hernani, durante el festival Hariak, antes de la presentación del documental “La raíz del olivo”. Hadad, guitarrista, seguía buscando palabras para lo vivido: «Fue la primera vez que sentí algo así, no puedo describirlo». Lleva apenas dos meses en Euskal Herria y había visto «mucha solidaridad», pero ver a decenas de miles de personas levantarse por Palestina le dejó sin palabras. «Incluso los pequeños detalles, cualquier palabra o acción, son importantes», insistía, antes de añadir que, «si todos los países hicieran lo mismo que la gente de Euskal Herria, nuestra situación sería diferente». También describió lo que llega de Gaza pese al alto el fuego: «La mayoría del enclave está ocupado. Disparan a quien intenta volver. Entran menos de cien camiones. La gente sigue sin agua, sin comida, sin medicinas» Shamali, que puso la voz principal, coincidía en que lo vivido era difícil de explicar: «Fue un sueño. No vinieron solo por un partido: es humanidad, solidaridad, estar con la verdad». Actuó con un thobe traído desde Cisjordania, un detalle que la emocionó al recibirlo: «Cuando lo vi, lloré. Es lo único que me hace sentir que estoy en casa». También derramo alguna lágrima al escuchar el himno: «Fida'i lo escuchaba cada día en mi tierra. Escucharlo aquí, con 50.000 personas, fue demasiado». Y cerró con un deseo: «Inshallah, algún día este partido se podrá jugar en Palestina, cuan sea libre». LA REPERCUSIÓN INTERNACIONAL fue inmediata. “Al Jazeera” desplazó a un equipo hasta San Mamés, con el periodista Lotfi Al Masoudi informando desde Bilbo. En su crónica destacaron que el estadio se llenó y que que la noche se convirtió en «una de las mayores expresiones de solidaridad vistas en Europa este año». También “The New Arab” abrió su pieza con una idea que se repitió en redes: «Una multitud de 50.000 en Bilbao convirtió el primer partido de Palestina en suelo europeo en una gran demostración contra el genocidio en Gaza». La cobertura también llegó desde Palestina. Según la agencia de noticias Wafa, el amistoso «reunió a más de 50.000 aficionados que cantaron a favor de Palestina, ondearon banderas y desplegaron pancartas de solidaridad», calificando el encuentro como «un momento histórico para el deporte palestino». En Euskal Herria, “EiTB’” detalló que el partido alcanzó una audiencia acumulada de 322.000 telespectadores con un 21,1% de share. UN MENSAJEA AL MUNDO Ibon Meñika, portavoz de Gernika-Palestina, realizó una valoración muy positiva en NAIZ Irratia. Se trata, afirmó, de una cita que «quedará clavada en la memoria colectiva de ambos pueblos». «Lanzamos un mensaje al mundo, tejimos un camino para reivindicar los derechos de los pueblos a través del deporte y dimos un paso en la reivindicación de que el genocidio debe terminar». En una valoración, el diputado por EH Bildu en el Congreso, Oskar Matute, que Euskal Herria demostró está «en el lado correcto de la historia». EMOCIÓN«Es el día mas importante de mi vida. Voy a contar esta historia, que he sido el entrenador palestino que jugó este partido», subrayó Abu Jazar, seleccionador palestino. 51.396El Athletic señaló ayer en su cuenta de X que un total de 51.396 personas acudieron el sábado a San Mamés. «Dos causas, dos selecciones y dos pueblos unidos», subrayó.