NOV. 18 2025 Monsieur Proust Josu MONTERO Escritor y crítico {{^data.noClicksRemaining}} To read this article sign up for free or subscribe Already registered or subscribed? Sign in SIGN UP TO READ {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} You have run out of clicks Subscribe {{/data.noClicksRemaining}} Tal día como hoy hace ciento tres años moría Marcel Proust; tenía 51 años. En un titánico trabajo contra el reloj, poco antes había conseguido poner el punto final a “ En busca del tiempo perdido”, la novela de más de 3000 páginas divididas en siete volúmenes que supone la cota más alta alcanzada nunca por el humano arte literario. «Querida Céleste -dicen que le dijo a su criada-, tengo grandes noticias para ti. He escrito la palabra fin, y ahora puedo morir en paz». A los 37 años dejó atrás la ajetreada vida social de los salones parisinos y entregó los últimos catorce a hilar su capullo de oro sabedor de que el asma le estaba matando. Sobre la memoria involuntaria, sensorial, indomable, que le permite acceder a un orden liberado de las leyes del tiempo, construye Marcel Proust su obra y su optimismo. Y lo hace con esas frases gozosamente larguísimas, unidades de percepción y pensamiento; esa sucesión de subordinadas tendidas a la búsqueda de la precisión y de los matices, y al mismo tiempo prestas a irse por las ramas, ¡pero es que lo esencial son las ramas! En unos tiempos frenéticamente ruidosos, ansiosos de estímulos instantáneos y superficiales como lo que vivimos actualmente, leer a Monsieur Proust es sin duda subversivo.