NOV. 19 2025 PELIGRO PARA LOS ECOSISTEMAS MARINOS AZTI alerta de que el golfo de Bizkaia se acidifica por el cambio climático Un estudio liderado por AZTI ha detectado una disminución sostenida del pH en el golfo de Bizkaia, lo que confirma que el cambio climático también está alterando la química del océano en la costa provocando que se acidifique. Ha llegado a esta conclusión tras tomar 21.700 mediciones entre los años 2002 y 2022, y alerta de los efectos en la salud de los ecosistemas marinos. AZTI alerta de la acidificación del golfo de Bizkaia tras tomar más de 21.000 mediciones. (AZTI) GARA BILBO {{^data.noClicksRemaining}} To read this article sign up for free or subscribe Already registered or subscribed? Sign in SIGN UP TO READ {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} You have run out of clicks Subscribe {{/data.noClicksRemaining}} El golfo de Bizkaia está afectado por una tasa de acidificación ligeramente superior a la media global, un proceso que se debe al aumento de dióxido de carbono en la atmósfera, y que si sigue al ritmo actual podría tener impactos importantes en la salud de los ecosistemas. Esta es la conclusión de un estudio liderado por AZTI con la colaboración del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (Icman-CSIC) e impulsado por la Fundación Naturklima en el marco del Observatorio Marino del Cambio Climático de Gipuzkoa. Según informó en una nota de prensa, el mar que baña la costa «está cambiando silenciosamente. Un análisis de más de 21.700 mediciones tomadas entre 2002 y 2022 demuestra que el pH del agua está descendiendo de forma continua, un síntoma de la acidificación oceánica provocada por el aumento del dióxido de carbono en la atmósfera». De acuerdo con los resultados del estudio, publicado en la revista “Continental Shelf Research”, el pH está disminuyendo entre 0,022 y 0,041 unidades por década en las capas del mar que van desde la superficie hasta los 100 metros de profundidad. Si la tendencia continúa a este ritmo, «podría tener impactos importantes en la salud de los ecosistemas marinos», explicó Ernesto Villarino, investigador de AZTI y autor principal del estudio. La investigación analiza la serie más larga de seguimiento del pH en la costa vasca, cuyos datos son mantenidos por la red de monitoreo de la Agencia Vasca del Agua. La monitorización confirma que «el golfo de Bizkaia también está experimentando los efectos de la acidificación oceánica global y subraya la importancia de continuar con medidas de mitigación y adaptación al cambio climático». Desde AZTI indicaron que el agua del océano tiene un pH promedio de 8,1 en sus capas superficiales, lo que indica que es ligeramente básica, es decir, su pH es superior a 7. Sin embargo, en las últimas décadas se ha observado una disminución progresiva de este valor, en un proceso conocido como acidificación del océano. Explicaron que es «consecuencia de la absorción de dióxido de carbono por el océano», proceso que «contribuye a frenar el calentamiento, pero que altera el equilibrio químico del agua». En el caso del mar Cantábrico, este cambio «puede afectar a especies que dependen del carbonato cálcico para formar ciertas estructuras vitales, como las conchas en el caso de los bivalvos y la calcificación en los exoesqueletos de los corales de aguas frías y de los crustáceos, limitando ciertas actividades como la acuicultura si el fenómeno se intensifica». Los resultados muestran, además, que las tasas de acidificación en el golfo de Bizkaia «son ligeramente superiores a la media global y tienden a incrementarse de forma leve a medida que aumenta la profundidad». Las tres estaciones costeras analizadas «presentan valores muy similares, lo que sugiere un patrón homogéneo en toda la franja litoral». Estas observaciones preocupan al equipo, que «advierte sobre la necesidad de reforzar la vigilancia y la investigación para comprender mejor los impactos locales de un proceso global». De mantenerse el ritmo actual, «no se esperan efectos severos en las próximas décadas, aunque los distintos factores asociados al cambio climático —como el calentamiento del agua, la pérdida de oxígeno, el ascenso del nivel del mar o los fenómenos extremos— podrían actuar de forma combinada y acelerar los impactos antes de lo previsto». FRENAR EL AVANCELos investigadores advierten de que «solo una reducción sostenida de las emisiones de CO₂ podrá frenar el avance de este proceso que, junto con el calentamiento del agua, la pérdida de oxígeno y el aumento del nivel del mar, merma el equilibrio del mar Cantábrico».