NOV. 25 2025 EDITORIALA El nuevo estatus necesita acuerdos y complicidades {{^data.noClicksRemaining}} To read this article sign up for free or subscribe Already registered or subscribed? Sign in SIGN UP TO READ {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} You have run out of clicks Subscribe {{/data.noClicksRemaining}} Estas últimas semanas han sido noticia las negociaciones entre EH Bildu, PNV y PSE para acordar los contenidos del nuevo estatus, que en el futuro deberá sustituir al actual Estatuto de Autonomía de la CAV. Al margen de lo que hayan dado de sí estas conversaciones entre los tres principales partidos políticos de la CAV, ayer el sindicato LAB planteó la necesidad de que en el proceso también tomen parte los sindicatos y demandó canales de participación. LAB ofreció dos razones para justificar su propuesta: una relacionada con los contenidos del nuevo estatus y otra de índole política. En cuanto a la primera, el sindicato recordó la necesidad de situar en el centro del debate político las condiciones laborales y de vida de los trabajadores. El actual Estatuto está muy limitado para desarrollar mejoras en el ámbito social y laboral; buena muestra de ello son las recientes iniciativas legislativas populares sobre pensiones y salario mínimo. En el marco actual, la fiscalidad es la competencia más ampliamente desarrollada, pero, por desgracia, su capacidad no se ha utilizado para avanzar hacia una distribución más justa de la riqueza, sino que su potencial ha sido dirigido a reducir la carga fiscal que soporta el capital, lo que ha condicionado el alcance de las políticas públicas. LAB subrayó también la importancia de que el nuevo estatus cuente con el respaldo sindical y, más en general, de la sociedad. Articular un amplio sostén social será clave para que la propuesta de estatus pueda superar obstáculos y convertirse en una herramienta eficiente para el desarrollo del país. En ese sentido, estructurar ese sostén no será posible sin la implicación social, de ahí la importancia de abrir canales a la participación. En ese contexto, solamente el PNV ha rechazado la petición de LAB de reunirse. Un desaire de los jeltzales que resulta cada vez más habitual, ya ocurrió en el Parlamento de Gasteiz con las ILP. El intento de obstaculizar la participación política a las fuerzas sociales y sindicales es una estratagema de corto recorrido: el empeño del PNV de monopolizar la interlocución debilita a las fuerzas soberanistas en un momento en el que es imprescindible actuar como país.