NOV. 26 2025 DÍA DE LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER Más feminismo frente a la complicidad con el agresor El movimiento feminista volvió a tomar las calles en el Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. El mensaje central se dirigió a romper las redes de complicidad que se activan cuando el agresor toca de cerca. También alertaron del discurso del odio xenófobo que se trata de construir en torno a la violencia que sufren las mujeres. De izq. a dcha.: cabecera de la marcha de Bilbo, una manifestante en Gasteiz y la cabecera de la movilización en Baiona. (Aritz LOIOLA-Endika PORTILLO-Guillaume FAUVEAU | FOKU) Asier ROBLES-Aritz INTXUSTA {{^data.noClicksRemaining}} To read this article sign up for free or subscribe Already registered or subscribed? Sign in SIGN UP TO READ {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} You have run out of clicks Subscribe {{/data.noClicksRemaining}} Miles de mujeres desafiaron ayer al mal tiempo para unir sus voces contra la violencia sexista. “No son arrebatos, son asesinatos”, “Ninguna agresión sin respuesta”, “Gora borroka feminista”, clamaban sacudiéndose de ese modo el frío en todas las capitales. Las protestas fueron, en esta ocasión, simultáneas en Gasteiz, Bilbo, Donostia e Iruñea. Arrancaron a las siete de la tarde. Media hora antes, en Iparralde, las feministas habían comenzado su desfile por las calles de Baiona. El movimiento feminista había centrado el discurso del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer en cuestionar la hipocresía de quien se suma a las reivindicaciones, pero que, después, cuando le toca de cerca un agresor se convierte en cómplice, le protege y justifica. «Seis mujeres han sido asesinadas en Euskal Herria y 38 en el Estado español. No son números. Son vidas de mujeres arrebatadas por la violencia machista. Las recordamos. Las nombramos», proclamaron las portavoces. «Los agresores no son monstruos. No son otros... Nosotras los conocemos bien porque son muchos de los hombres que nos rodean. Pero también sois quienes calláis, quienes encubrís a vuestros amigos, quienes participáis de ese pacto de silencio entre hombres. Cada vez que nos deslegitimáis, cada vez que ponéis en duda nuestras denuncias o no denuncias, cada vez que cuestionáis nuestro relato, estáis reforzando la violencia. ¡Vuestra hipocresía también mata!». Frente a ello, exigieron un compromiso claro: «No es suficiente con que no seas el agresor, no basta con no agredir. Tenéis que romper ese pacto miserable que tenéis entre vosotros, caiga quien caiga. Es hora de que deis un paso adelante. Hay que posicionarse. Elegid de una vez por todas el lado correcto de la historia». CAPITAL POR CAPITAL En el Boulevard donostiarra el granizo hacía presencia minutos antes de la manifestación, pero luego el cielo dio tregua suficiente como para que las feministas marcharan haciendo tronar sus tambores por las calles del centro de la ciudad. En Gasteiz, donde había escampado también al inicio, se pudieron ver, además de decenas de pequeñas pancartas individuales, grandes banderas ondeando con los colores de trans y la morada con el hacha bifaz blanca del orgullo lésbico. Ya en Bilbo, Naia Torrealdai y Anabel Sanz atendieron a la prensa minutos antes de comenzar la manifestación: «Queremos poner el foco en la violencia institucional, que es esa violencia que ejercen las instituciones cuando incumplen reiteradamente la legislación vigente o cuando no ponen todos los medios y recursos necesarios. Después de 30 años de políticas de igualdad, sigue habiendo un porcentaje altísimo de víctimas de violencia machista que dicen que su segundo calvario empieza el día que denuncian, y eso no puede ser». En la Gran Vía de la capital vizcaina se oyeron consignas como “Eraso matxista, erantzun feminista”, “Gora borroka feminista, antiarrazista eta antikapitalista”, “Si tocan a una, respondemos todas” o “Estamos hasta el culo de tanto machirulo”. La marcha concluyó frente al Ayuntamiento con un bertso de Maite Sarasola y un acto final en el que «en un contexto de auge del negacionismo y de las extremas derechas que cuestionan derechos conquistados» reivindicaron «el derecho a vivir vidas libres de violencias machistas». En Iruñea, el agua caía tan fuerte que toda la plaza del Castillo era un charco. La pancarta con el lema “Konplizitate sareen aurrean. Erresistentzia feminista. ¡Vuestra hipocresía es violencia!” se reflejaba como en un espejo bajo las farolas. Las luces del kiosco central eran ayer de color morado. La marcha tomó con rapidez Carlos III hasta la Avenida Baja Navarra, girando después por San Ignacio y Estella para volver al punto de inicio atravesando todo Sarasate. Ya de nuevo en la plaza, se procedió a la lectura desde el kiosco de un comunicado, común en lo esencial, pero adaptado a la situación de ese herrialde. Desde megafonía lanzaron varios avisos para que las participantes pudieran acercarse lo más posible. También se pinchó música antes y después del final de la manifestación, pero este año fue imposible retener a la gente puesto que la lluvia caía muy fuerte, a ratos de forma torrencial. Además de esa denuncia contra esa hipócrita complicidad con el agresor, el mensaje común que se trasladó en todas esas protestas es que el feminismo es un movimiento intrínsecamente antirracista, anticolonial, anticapitalista y anticapacitista. «No vamos a permitir que uséis nuestro dolor para justificar vuestros discursos de odio. La Ley de Extranjería también es violencia machista. ¡Derogación ya!», reivindicaron. Y otro año más, las feministas se acordaron de sus compañeras, mujeres y niñas, que sufren el genocidio en Gaza. «Ninguna de nosotras podrá ser libre mientras haya mujeres que no lo sean. Hoy, más que nunca, nuestra mirada está puesta en Gaza», afirmaron. OTRAS PROTESTAS Y PRONUNCIAMIENTOS Además de las manifestaciones convocadas por el movimiento feminista, ayer tuvieron lugar otros actos reivindicativos paralelos aunque menos multitudinarios, como los protagonizados por Itaia o la Asociación Blanca de Navarra, la sección femenina de UPN, y algunos grupos abolicionistas. Las instituciones públicas, Gobiernos y grandes ayuntamientos, emitieron comunicados, hicieron lecturas públicas de textos feministas y lanzaron mensajes en contra de la lacra de la violencia machista. No obstante, sindicatos como LAB denunciaron por la mañana que hace falta algo más que gestos de cara a la galería. «Las políticas que se están aplicando desde las instituciones y la patronal para hacer frente a la violencia machista están fracasando», aseguró este sindicato. Ejemplo de ello son -apuntó Maddi Isasi, secretaria feminista de LAB- las palabras de la consejera de Igualdad de Lakua, Nerea Melgosa, quien afirmó que la mayoría de las mujeres que han sufrido acoso sexual no tienen a dónde dirigirse dentro de la empresa. ELA, por su parte, aprovechó el simbolismo del 25N para abrir un debate interno sobre el papel de los hombres en las violencias machistas. En un acto en Altsasu, Igor Eizagirre, responsable de Gizalan, cuestionó los «privilegios» y los «pactos de silencio» que se dan también en el sindicato y en el entorno laboral. Euskal Herriko Unibersitatea, a través de una nota, recordó que el 62% del alumnado conocía o había vivido situaciones de violencia en 2017 y que han atendido más de 300 casos desde que se generó un protocolo específico. «Los agresores no son monstruos. No son otros... Nosotras los conocemos bien porque son muchos de los hombres que nos rodean», aseguraron. El movimiento feminista no permitirá que se utilice la violencia contra la mujer para alimentar el discurso de odio.