Iruñea vuelve a solidarizarse con Palestina en el Día de la Partición

Los bailarines de Hattah llegaron a Iruñea el sábado desde una de las ciudades más antiguas del mundo, Nablús, pero no solo para bailar con los dantzaris de Duguna. Ayer por la mañana tomaron una bandera gigante de Palestina y encabezaron una nueva manifestación. Atrás les seguían, según el recuento de GARA, unas 2.000 personas.

Yala Nafarroa había llamado a una nueva movilización para denunciar lo que se conoce como el Día de la Partición, el acuerdo por el cual, en 1947, las grandes potencias impusieron las fronteras al naciente Estado de Israel. El esquema propuesto por el Mandato Británico, y jamás completado, pasaba por dividir la tierra en dos estados, Palestina e Israel, quedando Jerusalén bajo administración internacional.

Con el correr de las décadas y los abusos sistemáticos de los dirigentes de Tel Aviv, este día se acabó convirtiendo en el Día de la Solidaridad Internacional con Palestina.

Los joaldunak de Uharte abrían paso a la gran bandera, mientras los palestinos recién llegados se protegían del aire helado con sus kufiyas. Solo se les veían los ojos y se les notaba visiblemente emocionados entre el sonido de los cencerros, los toques de cuerno y, también, el retumbar de los tambores de la batukada que llegaban desde la parte final de la manifestación.

Avanzaron por la Avenida del Ejército y Baja Navarra, para después entrar a la Plaza del Castillo por Baluarte. Varios paseantes se detuvieron para aplaudir a su paso.

«Israel boikot, Palestina askatu», «Las tierras robadas serán recuperadas», consignas contra el genocidio en Gaza y en favor de la resistencia palestina fueron los lemas más coreados. También se reclamó, una y otra vez, la ruptura total de relaciones con el Estado de Israel. La pancarta de Yala Nafarroa hacía alusión al embargo integral de armas para el Estado sionista.

Otras de las pancartas defendían el boicot a compañías multinacionales. En concreto, a Zara, Carrefour, HP, Teva y Axa. Pero, principalmente, lo que se veían eran banderas palestinas. Decenas de ellas.

También salieron con su pancarta los Sanitarios con Palestina, que llevan meses concentrándose todas las semanas en solidaridad con el personal médico y de Enfermería de la Franja.

Se recibió a los manifestantes con toques de txalaparta desde el kiosco de la Plaza del Castillo. Y antes de que todos se colocaran para escuchar el discurso final, se delimitó con cintas de plástico un rectángulo en el centro.

En un primer momento, se colocó allá la bandera gigante y, tras el mitin, el espacio fue utilizado por los bailarines nablusinos para sus danzas.

Mahdi, portavoz del grupo Hattah, tomó el micrófono en último lugar para decir unas palabras en inglés que Lidón Soriano, de Yala Nafarroa, tradujo. «Nosotros siempre hemos estado buscando la paz, pero no hay paz sin justicia y no hay justicia sin libertad», aseguró emocionado esta víctima de la violencia sionista.