El TPI denuncia el acoso de EEUU a sus jueces y fiscales por Israel

La presidenta del Tribunal Penal Internacional (TPI), la jueza japonesa Tomoko Akane, denunció que Estados Unidos ha sancionado a seis jueces y tres fiscales -incluido el fiscal general, Karim Khan-, «si- tuándolos al mismo nivel que terroristas y narcotraficantes», como respuesta a la investigación que involucra a Israel por crímenes de guerra y lesa humanidad en Palestina,

Durante su discurso de apertura de la 24ª Asamblea de Estados Parte del TPI, Akane reconoció que la institución afronta «ataques sin precedentes» desde que emitió órdenes de arresto contra el presidente ruso, Vladimir Putin, por la guerra en Ucrania, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por los crímenes cometidos por el régimen sionista en Palestina.

«Sus vidas personales y familiares se han visto profundamente alteradas y su capacidad para realizar transacciones financieras ha sido restringida incluso en territorios de Estados parte, también en Europa», denunció Akane.

Rusia ha emitido en los últimos años órdenes de detención contra nueve jueces y contra toda la Presidencia del TPI. «Estas medidas buscan socavar la existencia misma de la Corte», subrayó la presidenta.

Pero en el caso de la persecución estadounidense, ha afectado gravemente a las vidas personales de los jueces y fiscales, al implicar a grandes empresas financieras y tecnológicas. El mes pasado, el diario “Le Monde” reveló cómo el juez francés del TPI Nicolas Guillou vive una pesadilla kafkiana. No puede usar plataformas de Google, Apple o Amazon, ni utilizar sus tarjetas de crédito o cuentas bancarias para pagar o reservar hoteles.

El Tesoro de EEUU lo justifica porque «autorizó la emisión de órdenes de arresto por parte del TPI contra el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa Yoav Gallant». En el diario francés, el magistrado da cuenta del peso de estas medidas sobre su trabajo y su vida cotidiana, y pide a las autoridades europeas que activen un mecanismo que limite el impacto de estas sanciones.

La relatora especial de la ONU, Francesca Albanese, también ha denunciado el abandono de los Estados europeos ante esta persecución. Ella también está sancionada por EEUU por sus informes sobre el genocidio y las pruebas que aportó al caso en la Corte Internacional de Justicia. Albanese afirma que las sanciones la han convertido «casi en una persona parecida a Osama bin Laden» y que ni siquiera puede abrir una cuenta bancaria.

Mientras la relatora de la ONU y los fiscales y jueces del TPI comparten la suerte de acusados de «terrorismo» o narcotráfico, los líderes israelíes imputados por crímenes contra la humanidad pueden desarrollar sus vidas financieras sin problemas y hasta viajar sin que EEUU o sus aliados europeos les importunen.

Pese a todo, Akane aseguró que el Tribunal Penal Internacional seguirá trabajando con «expedición y eficacia» desde las investigaciones hasta las apelaciones, y destacó la carga de trabajo de este año, con múltiples órdenes de arresto, en algunos casos bajo confidencialidad por decisión judicial. Insistió en que cualquier disputa relacionada con sus funciones judiciales debe resolverse exclusivamente según el Estatuto de Roma.