El «factor Miribilla» hace llegar el triunfo

La asignatura pendiente de Surne Bilbao Basket está en los partidos fuera de casa. No hay duda. Por fortuna, cuando el equipo de Jaume Ponsarnau regresa a casa, está logrando hacer de su casa un fortín. Eso lo ha salvado en estos últimos años de padecer mayores apuros clasificatorios y eso le valió también ayer para ganar a un equipo con ansias europeas como Gran Canaria.

Jaworski, con 25 puntos, más la brega constante del resto de la plantilla le servía al cuadro bilbaino superar un encuentro que ha ido ganando en acierto y temperatura con el paso de los minutos, y que no tenía un ganador claro hasta el momento final. El choque comenzaba frío y eso es algo que para nada le conviene a Surne Bilbao, porque cuando siente el calor de sus aficionados y de las altas pulsaciones es cuando mejor rinde.

Por fortuna, ya para entonces Justin Jaworski y Melwin Pantzar había empezado a meterse en el duelo poco a poco. Gracias a sus puntos y al trabajo de los hombres de negro se equilibraba un partido sin grandes ventajas en ningún momento. En buena medida, el propio Gran Canaria no hallaba la continuidad en sus referentes, en parte por el frío carácter de Brussino y porque sus compañeros tampoco aparecían salvo en rachas breves.

TIRA, AFLOJA Y TIRA

Tal fue la igualdad del duelo, que el último cuarto arrancaba con empate a 55. Gran Canaria quiso irse con un parcial de 0-5, pero entre Pantzar y Jaworski enjugaron la desventaja y ponían un 72-65 esperanzador.

Brussino y Albicy arrimaban el resultado al 72-69, pero a los dos protagonistas bilbainos en anotación se le unía un Krampelj providencial con un triple, mientras que Normantas y Hlinason le daban una solidez impagable en la faceta reboteadora y en defensa. Todo ello fue clave para sumar la cuarta victoria del curso en la ACB.

Todo ello, no hay que olvidar, con la ayuda inestimable de la hinchada de los hombres de negro, que ha empujado a su equipo al borde de la octava plaza, que tiene Kosner Baskonia hoy, pero con 4-5.