DEC. 20 2025 LA VIDA FUERA Belleza visual y desorden narrativo Gaizka IZAGIRRE HERNANI {{^data.noClicksRemaining}} To read this article sign up for free or subscribe Already registered or subscribed? Sign in SIGN UP TO READ {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} You have run out of clicks Subscribe {{/data.noClicksRemaining}} Martone entrega un biopic sobre Goliarda Sapienza que resulta fascinante y frustrante: fascinante por la mujer que retrata, una existencia tortuosa y una obra literaria reconocida póstumamente por su audacia y mirada feminista; frustrante por la manera en que la historia se despliega, indecisa y dispersa. Roma, 1980. Tras años de dedicación a su obra magna, rechazada por el mundo editorial, Sapienza termina en prisión por un robo de joyas. Allí, el encuentro con jóvenes reclusas promete un renacimiento, un contacto humano capaz de transformar su existencia. La premisa era potente, pero Martone no logra sacarle el jugo que merecía. El guion se mueve con inseguridad entre escenas, ofreciendo instantáneas de estados de ánimo. Las motivaciones, los conflictos internos y los procesos de transformación rara vez se sienten reales; más que acompañar la evolución de los personajes, uno asiste a fragmentos de emociones que no acaban de consolidarse. Narrativamente, la película es un laberinto que se contradice a sí mismo. Los saltos constantes en el tiempo y el espacio acaban confundiendo. A esto se suma una ambición temática desbordada: identidad femenina, sexualidad, marginalidad, trauma, libertad, amistad y creatividad compiten por espacio, pero ninguno logra desarrollarse con la profundidad necesaria. No es una mala película: funciona el retrato de mujeres marginadas, la sororidad y la búsqueda de libertad, todo envuelto en una atmósfera visualmente trabajada. Pero esos destellos se ven opacados por la fragmentación estructural y la dispersión temática.