Villancicos amargos

En Gaza y Cisjordania no hay paz. Ni tregua. Hay oscuro informativo. Netanyahu y sus soldados y colonos siguen matando a palestinos de todas las edades sin que nadie les saque una foto. Sigue destruyendo bienes y haciendas de los palestinos de una manera frenética, sin que nadie se ocupe de decir algo en contra. Entra la ayuda humanitaria en cuenta camiones y todos celebraremos la nochebuena sin percatarnos de que estamos hablando de un nacimiento acaecido hace unos años por aquella zona. Hoy más que nunca hay que gritar lo de Palestina Libre.

Lo de su socio Donald Trump es otra manera de cantar villancicos de la estulticia. Sigue matando arbitrariamente a quienes conducen barcazas por zonas del Caribe, sin ningún protocolo de protección de los derechos humanos. ¿Le dice alguien algo en algún estamento internacional? Lo mismo que el ejercer la piratería de petróleo con total inmunidad. Esto va cada día peor. Y para culminar, los focos del despiste; para que no se recuerden sus delictivas farras con Epstein, va y manda a un propio hasta Groenlandia para ir preparando la futura intervención imperialista.

Las imágenes de Badalona son desalentadoras. Que vayan ciudadanos a impedir que una iglesia acoja a unas pocas personas expulsadas del instituto es un malísimo síntoma. Empieza a haber enfrentamientos y están propiciados por la actitud fascista del alcalde. Sigue Albiol haciendo declaraciones denigrantes y poniéndose al frente de las manifestaciones xenófobas. En Madrid, Ayuso y Feijóo cantan y bailan al son de un grupo musical del Opus. Todo forma parte del mismo relato.