Macroproyectos energéticos al acecho

Según la información facilitada por el Departamento de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad del Gobierno de Gasteiz, la mayor parte del centenar de expedientes se encuentran en fases muy iniciales en los que no existe proyecto técnico consolidado o se encuentran aún sin la aprobación de este.

En el caso de Araba, hay doce proyectos, nueve fotovoltaicos y tres eólicos, que figuran como «iniciados», lo que significa que de momento solo han sido admitidos a trámite. Además, hay 47 (38 solares y 9 eólicos), para evaluación de impacto ambiental, entre ellos los 29 impulsados por Solaria. Por último, hay cinco proyectos, todos ellos fotovoltaicos, que han recibido una evaluación ambiental favorable y están a la espera de la autorización previa.

En Bizkaia hay nueve proyectos eólicos para evaluación de impacto ambiental y en Gipuzkoa las seis instalaciones, todas eólicas, están a la espera de la evaluación de impacto ambiental.

Los que han decaído por no haber recibido las autorizaciones correspondientes son los parques eólicos de Laminoria, Artzentales-Sopuerta, Itsaraz o Piaspe, estos últimos impulsados por la multinacional noruega Statkraft y que habían provocado una fuerte contestación, sobre todo en el caso del proyecto que afectaba a Azpeitia, Errezil y Zestoa.

Por el contrario, algunos de los proyectos que han recibido autorización han sido los de los parques solares de Agurain y Arespalditza, así como los de ‘Vitoria Solar 1’ y ‘Vitoria Solar 2’, que comprenden los términos municipales de Arratzua-Ubarrundia, Burgelu y Gasteiz, y que contemplan la instalación de más de 180.000 placas fotovoltaicas.

Este proyecto, que ha recibido una gran contestación social, provocaba la dimisión de tres concejales de EH Bildu en Arratzua-Ubarrundia al no poder paralizar el proyecto.

Otro proyecto polémico ha sido el de Labraza, en la sierra de Cantabria, donde el Ayuntamiento de Oion se veía abocado a conceder la licencia para construir un parque eólico de ocho aerogeneradores, tras haber recibido todos los avales del Gobierno de Lakua, y pese al fuerte rechazo social e institucional generado. Las obras de construcción comenzaron en noviembre, convirtiéndose en el primer parque eólico construido en los últimos veinte años.

NAFARROA

En Nafarroa, un total de 72 proyectos fotovoltaicos están pendientes de autorización, y de ellos diez ya han llegado a la fase de información pública y consultas. Entre ellos se encuentran los cinco proyectos del Grupo Arena para instalar parques solares en Oteiza, y otros cinco de la compañía Ríos Renovables en Corella, Cascante, Tudela, Erriberri y Tafalla.

En lo que respecta a los parque eólicos, el Gobierno navarro ha sometido a información pública nuevos parques eólicos en Añorbe, Artaxoa, Zirauki, Mendigorria, Oteiza y Villatuerta, al tiempo que ha denegado la autorización medioambiental a siete proyectos previstos en los términos municipales de Olaibar, Odieta, Anue y Esteribar.

las renovables y el apagón

Las centrales renovables, especialmente las solares fotovoltaicas, estuvieron en la diana tras el apagón sin precedentes registrado en toda la Península Ibérica a las 12:33 horas del 28 de abril, y que dejó sin suministro a 60 millones de personas.

El «blackout» dejó sin luz también a toda Euskal Herria, en algunos casos hasta la madrugada siguiente, afectando de forma directa a centros de trabajo, instituciones públicas y domicilios particulares, aunque los centros de salud pudieron seguir trabajando con casi total normalidad.

Aunque en un primer momento se responsabilizó del suceso al excesivo peso de las renovables en el conjunto del sistema eléctrico, un informe presentado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico concluyó que el apagón tuvo una causa multifactorial, derivada de una combinación de fallos técnicos como oscilaciones de frecuencia mal amortiguadas, una programación deficiente del sistema eléctrico y respuestas incorrectas de algunas plantas generadoras. Se descartó por completo un ciberataque, aunque se identificaron vulnerabilidades en la infraestructura digital. J.S.