DEC. 27 2025 JOPUNTUA El volantazo de Sánchez Arturo PUENTE Periodista {{^data.noClicksRemaining}} To read this article sign up for free or subscribe Already registered or subscribed? Sign in SIGN UP TO READ {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} You have run out of clicks Subscribe {{/data.noClicksRemaining}} El Partido Demócrata de EEUU enterró en otoño de 2023 uno de los primeros debates internos sobre la idoneidad de su candidato. Joe Biden no era un mal presidente y ya había funcionado para parar a Trump, pero muchas cosas, sobre todo su estado de salud, recomendaban un relevo. Nadie se atrevía a reclamarlo en público y Biden ya se había lanzado a la reelección, por lo que siguió durante meses dando oxígeno a su rival. Finalmente el volantazo demócrata llegó. Biden se retiró y Kamala Harris se puso al frente. Muchos consideraron que el relevo llegaba tarde y mal, cuando ya no quedaban opciones de remontar y con una mala candidata. Las urnas lo confirmaron. Pero, aunque lo que hicieron no funcionó, nadie discute hoy que el partido necesitaba decisiones drásticas, a la altura del peligro que tenían delante. Pedro Sánchez no es Joe Biden ni sus situaciones políticas o personales se parecen lo más mínimo. Pero Sánchez también está en un momento que pide algún tipo de volantazo. Asediado por los escándalos de corrupción, algunos con pinta de inventados y otros con pinta de reales, sin capacidad de sacar adelante proyectos en el Congreso y con malas perspectivas en todas las elecciones que tiene por delante, el presidente español padece una clara debilidad. La resistencia a toda costa necesita también iniciativa para reponerse a esto. Las opciones que tiene Sánchez están bocarriba en el tapete. Sus socios le reclaman acelerar a fondo por la izquierda y un incierto cambio de caras en el Gobierno. Los suyos apuestan por enterrar la cabeza y confiar en la estrategia de polarización con la extrema derecha que ya le funcionó en 2023. Sánchez se siente más cómodo con lo segundo, pero no puede permitirse deserciones en sus filas, por lo que hará cesiones en lo primero. Lo que no parece estar en su agenda es una revolución de la legislatura a la altura de las circunstancias. La lección de Biden es que, si tienes que hacerlo, más vale hacerlo a tiempo. El presidente español padece una clara debilidad. La resistencia a toda costa necesita también iniciativa para reponerse a esto