DEC. 30 2025 DE REOJO Una fatal alegría Raimundo FITERO {{^data.noClicksRemaining}} To read this article sign up for free or subscribe Already registered or subscribed? Sign in SIGN UP TO READ {{/data.noClicksRemaining}} {{#data.noClicksRemaining}} You have run out of clicks Subscribe {{/data.noClicksRemaining}} Menuda papeleta les toca jugar a los miembros de la comisión de fiestas del pueblo leonés de Villamanín que se encargaron de comprar los décimos de la lotería de navidad y hacer las participaciones oficiales para repartir entre la ciudadanía. Hay un desfase. Hicieron participaciones que no estaban cubiertas por los décimos. Y ha tocado el gordo. Y hubo una fiesta el día del sorteo, aparecieron en todos los noticiarios y portadas de los periódicos y cuando fueron a cobrar se descubrió el pastel. Y ahí empezó el calvario. Las desconfianzas, las acusaciones, el mal rollo. No tenían nada, pero al tocar el gordo, en teoría, tenían unos cuantos miles de euros, pero no todos los que tenían participaciones podían cobrar. Un drama rural. Una ruptura de relaciones. La sospecha crece, los arreglos propuestos son duros de aceptar e imposibles de realizar. El camino judicial es bastante intrincado porque no hay dolo. Una comisión de fiestas, además, no es una figura administrativa legal, sus miembros son voluntarios y en esta ocasión jóvenes con ganas de colaborar. Así que estamos ante una fatal alegría que viene muy enmarañada, porque hay antecedentes de lugares donde se vendían participaciones de un número que no tiene cobertura para tanto, pero si no toca, no se nota. El problema es cuando toca. Los miembros de la comisión se sienten señalados, pero no pueden asumir el desajuste, por lo que se añade una advertencia: no te metas en estas cosas que nadie te lo va a agradecer. Hay unos millones parados que no se cobran debido a la situación. ¿Cobrar al prorrateo es una solución?