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TXOKOTIK

Apología impune


Hay apologías del terrorismo o de la violencia que se exhiben sin pudor y de manera impune, incluso a través de televisiones públicas o de medios privados que, sin embargo, claman rabiosos contra determinadas expresiones políticas legítimas y democráticas.

En las últimas semanas hemos asistido a casos de justificación de la tortura por Luis Roldán («El País») o del terrorismo de Estado de la mano del criminal confeso José Amedo (Intereconomía, 13TV... e incluso ETB), quien llegó a afirmar que el atentado del GAL contra Tomás Pérez Revilla fue «una de las muertes que más placer me produjo» («El Mundo»). ¿Imagina alguien una expresión similar en otra dirección?

Esa espuma tóxica llega a otras playas. Con motivo del aniversario de la muerte en atentado de Carrero Blanco, ETB y TVE nos han vuelto a restregar estos días el documental coproducido por ambas en 2011 (el ente vasco entonces bajo la dirección de Alberto Surio y Gobierno de Patxi López). Más allá del inopinado tono condescendiente hacia el que fuera presidente del Gobierno de aquella dictadura cruel, incluye un insólito pasaje que se exhibe cada nueva difusión sin que salten las alarmas ni los resortes de oficio de algún fiscal diligente. Apenas iniciado el reportaje, y tras las imágenes de un grupo de fascistas que homenajean a Carrero ante el monumento erigido en Santoña, un tal Leoncio Calle, concejal del Movimiento Falangista de España, reitera ante la cámara que si se pretendiera desmontar el monolito (en referencia a la Ley de Memoria Histórica), «yo estaría aquí armado; yo perdería el pelo pero alguno más también». ¿Imagina alguien una expresión similar en otra dirección?

El autor de esas palabras no solo sigue en libertad; cogobierna desde el tripartito municipal de la localidad cántabra con el PP, al que dio la mayoría absoluta con su voto; pero ese es otro cuento que conocerá mejor Borja Sémper.

Resulta inexplicable que un ente público como ETB siga mostrando indulgencia hacia ciertas actitudes de alarde e impunidad de la violencia o hacia tics políticos del pasado más negro. Por cierto, el infausto documental se emitió solo unas horas antes de que las dos principales emisoras de radio de EITB se negaran a emitir las cuñas de la Diputación de Gipuzkoa que promocionan el valor del derecho a decidir de la ciudadanía.