GARA Euskal Herriko egunkaria
PAPEREZKO LUPA

Un soviet castellano


Después de meses de lucha, los vecinos de Gamonal han logrado que el alcalde de Burgos aparque su rechazado y seguramente bien remunerado plan urbanístico. Y claro, en la derechona están que trinan, y por ejemplo el columnista de «Elconfidencial» Federico Quevedo titula su última ocurrencia de esta forma: «Un `soviet' llamado Gamonal». Qué original el chaval. Comienza criticando que «el alcalde de Burgos, a quien no tengo el gusto de conocer, había tomado la decisión de mejorar un barrio y se ha liado parda, una kale borroka en toda regla que algunos quieren utilizar como ensayo para extenderlo a otros rincones del país». Desde luego, el señor alcalde intentando mejorar el barrio y los vecinos le pagan con algaradas. Desagradecidos... Insiste Quevedo en que «esto no es simplificar las cosas, ni mucho menos», sino que «es que es así, y el hecho de que la magnitud debida a la violencia de la protesta le haya hecho cambiar de opinión, no cambia esta reflexión». Simplificar igual no, pero manipular, un cacho.

El plumilla, que es un fino analista, ha descubierto cuál es la estrategia que se esconde detrás de lo ocurrido: «me da la impresión de que todo este asunto está siendo utilizado por ciertos sectores de la izquierda más radical de este país como mecha para provocar un incendio de mayores proporciones. ¿La excusa? Bien fácil: los políticos son unos cabrones corruptos y hay que acabar con todos ellos -sobre todo si son del PP- porque en este país ya no aguantamos más recortes a los ciudadanos mientras los políticos y los banqueros se lo llevan crudo». ¿Excusa? Servidora diría que esto es algo en lo que coincide casi todo el mundo de a pie. Como colofón, Quevedo apunta que «lo que ahora pretenden es subvertir un proceso democrático y legítimo y sustituirlo por un modelo de democracia que tiene su origen en el comunismo más rancio y atroz. O sea, sovietizar Gamonal. (...) De hecho, es lo que ha ocurrido, porque la decisión del alcalde de parar las obras es en sí misma el resultado de una imposición totalitaria fruto de una presión callejera que no sabemos si responde al sentir mayoritario de los ciudadanos de Gamonal». Oiga, ¿y no era una imposición totalitaria construir un bulevar rechazado por el vecindario? Eso no porque era idea del zar, no. En fin, pues si «violentos itinerantes» han sovietizado Gamonal, ya saben lo que decía aquél: ¡todo el poder para los soviets!