JAN. 21 2014 PAPEREZKO LUPA ETA controla a ETA Maite SOROA msoroa@gara.net El pasado domingo publicaba este diario un documento interno de ETA en el que dice que respalda la nueva estrategia del «movimiento de liberación» y ratifica su decisión, de hace más de dos años, de abandonar la lucha armada, y lo hace dando datos rotundos, como que la inmensa mayoría de su militancia está de acuerdo con esa decisión. Pero a la caverna le da exactamente igual lo que la organización armada diga públicamente o a nivel interno. Le da igual porque, sea lo que sea, le vale para confirmar sus tesis. Cuando no aseguran «ya lo dijimos», aseguran que lo dijo el Gobierno de sus amores, como hacía ayer «Abc» titulando en primera bajo el epígrafe «Impulsará la fase política»: «ETA confirma la estrategia que denunció Jorge Fernández en Abc». Y es que el ministro de la porra dijo que la organización armada pretende perpetuarse como un agente político más. En su editorial, decía, esta sí que es buena, sobre todo viniendo de «Abc», que ETA «intenta sembrar confusión en la opinión pública en torno a una supuesta `renovación estratégica'». Ya sabemos que al vetusto diario no le gusta, pero está claro ese cambio estratégico que, entre otras cosas, conlleva que desde hace más de dos años no haya habido un solo atentado, de modo que la violencia en este país, Euskal Herria, procede solo del Estado. Claro que lo que menos le gusta es, fíjense qué terrible, el hecho de que «reafirman sus objetivos independentistas». «La Razón» titulaba en portada «ETA colocará a dirigentes liberados por la `Parot' en Bildu, Sortu y Amaiur», y a servidora le cuesta entender cómo, si según «La Razón» y el resto del facherío todos esos grupos políticos son ETA, que «se ha colado en las instituciones», para qué quiere «colocar» en ellos «a sus dirigentes liberados por la `Parot'». En su editorial se refería al documento publicado por GARA, asegurando que en él ETA reconoce que la suspensión «de sus actividades terroristas fue una decisión `estratégica'. No fue un fin, sino un medio al servicio de un proyecto global. Eso ya lo sabíamos. Es que se supone que tampoco la lucha armada era un fin. Y terminaba diciendo: «El tiempo nuevo que venden los nacionalistas sólo llegará tras la derrota de los terroristas. Hay que perseverar y golpear en todas sus estructuras, porque todo es ETA, también sus abogados». Entonces ¿por qué trata de «colocar» a nadie en lo que, según «La Razón», también es ETA?