Las fuerzas vascas valoraron nada más conocerla la noticia del inicio del proceso encaminado al desarme de ETA, con un par de matices previos a apuntar. El PNV dejó la reacción en manos de Iñigo Urkullu, lehendakari. Las formaciones reunidas en EH Bildu, por su parte, concurrieron juntas ante los medios. Uno y otros aprecian un paso adelante positivo, pero aquí acaban las similitudes. Lo que para Urkullu supone un «pequeño paso», para EH Bildu constituye «un hito». Y mientras el primero no se dirigió al Gobierno español, la coalición sí lo hizo de modo muy directo.

Cronológicamente, compareció antes el lehendakari, con un mensaje muy breve y sin dar espacio a preguntas. Consideró que la decisión de ETA constatada por los verificadores debe tomarse como «un pequeño paso, no suficiente, que cumple una primera y necesaria etapa para el desarme completo».

Habló en Bilbo, dado que en esa ciudad se había reunido con los miembros de la Comisión Internacional de Verificación (CIV) antes de que estos ofrecieran la esperada rueda de prensa, y destacó que ETA «ha empezado a desarmarse de manera unilateral e incondicional» y que Lakua así lo reconoce. Respecto al grupo de Manikkalingam, aseguró que estima «fiable y segura la intermediación de la Comisión Internacional de Verificación para garantizar un desarme total e irreversible de ETA».

Esta es una etapa, concluyó el mandatario de Ajuria Enea, «de un recorrido sin vuelta atrás que debe tener un horizonte próximo: el desarme total y absoluto de ETA». «Y en ese recorrido hay un hito importante: el reconocimiento del daño injusto causado», estimó a continuación.

En último lugar, Iñigo Urkullu garantizó que el Gobierno que preside «seguirá trabajando con estas claves, seguirá colaborando con la CIV y le prestará su apoyo y respaldo en la gestión de los próximos pasos».

Presos y desmilitarización

Por su parte, EH Bildu saludó el «hito» como «un paso dado en dirección correcta» desde la unilateralidad y «por encima de los que se oponen a la paz», en palabras de Pernando Barrena. Pero dicho esto, y tras cruzar impresiones con los verificadores, la coalición trasladó a Madrid que, si tiene «interés» en que «el desarme sea efectivo, lo que debe hacer es habilitar los medios y los modos» para ello. «La pelota está definitivamente en manos del Gobierno español», estimó.

Barrena compareció en Bilbo junto a los dirigentes del resto de formaciones integradas en EH Bildu: Peio Urizar (EA), que se encargó de transmitir en euskara la postura de la coalición, Patxi Zabaleta (Aralar) y Oskar Matute (Alternatiba).

Estimaron que con su iniciativa, avalada por la CIV, ETA ofrece a la ciudadanía vasca «la total seguridad del fin de su actividad armada» porque «ha dado comienzo al proceso para dejar de ser un agente armado».

Sin embargo, añadió que para que el proceso culmine «hacen falta dos partes, un emisor y un receptor». «Es imposible realizar un desarme efectivo porque a día de hoy el Gobierno español no quiere que se produzca», apuntó Barrena.

En consecuencia, de la misma forma que ETA ha confirmado con hechos su «voluntad de llevar a buen puerto» el desarme, Barrena instó al Ejecutivo de Rajoy a que «desactive» su «actitud de bloqueo» y opte por «deshacer las políticas de excepción y terminar con la dispersión» de los presos.

Este proceso de desarme, subrayaron los portavoces de EH Bildu, se debe llevar a cabo «de una manera controlada, ordenada y consensuada, al igual que la desmilitarización de Euskal Herria».

Barrena y Urizar no olvidaron elogiar la labor de la CIV «por encima de las descalificaciones y de las presiones», y añadieron además con satisfacción que su labor sitúa el proceso de solución a este conflicto en la agenda internacional.

«No valen ni las viejas recetas ni las prácticas agotadas -concluyó Barrena-. El punto de partida de las nuevas prácticas para la obtención de la paz en Euskal Herria debe ser el compromiso de cada agente y nos corresponde a todos dar pasos».