FEB. 25 2014 PAPEREZKO LUPA Tafalla, cubil maligno Maite SOROA msoroa@gara.net En medio del abochornante espectáculo que las principales cabeceras infraebrianas dieron a cuenta de la declaración de tres verificadores, servidora pudo encontrar ayer un comentario que se salía de la norma y se refería a otro tema candente: Nafarroa. Bueno, más bien Tafalla. Se trata de una perla firmada por el diputado de UPN Carlos Salvador en «Libertaddigital», donde sale al paso de quienes le recuerdan que si no fuera por Bildu las tafallesas (y los tafalleses, claro) no tendrían presupuestos. El unionista salta en defensa de sus compañeras y afirma cosas como que «de entre las muchas localidades de Navarra y el País Vasco en las que aún se libra una sorda pero vital batalla entre democracia y dictadura, entre libertad y sumisión, Tafalla es una de las más emblemáticas». Los de UPN saben mucho de batallas entre democracias y dictaduras, pero creo que yerran el enfoque. Llevan 78 años haciéndolo. Salvador hace luego un retrato de Tafalla. Lean, porque es casi gracioso: «gobernada, con inmenso sacrificio, por la buena gente de UPN a lo largo de los últimos 20 años, siempre ha estado marcada por la fuerte influencia de lo peor, lo más duro, del abertzalismo radical vasco. Algunos de los más abyectos e influyentes ejemplares de la fauna filoetarra han tenido allí su madriguera: desde Floren Aoiz o Adolfo Araiz, ambos miembros de la Mesa Nacional de Herri Batasuna; Jose Mari Esparza (el historiador de ETA); pasando por el menguante Maiorga Ramírez de EA; hasta la etarra Inés del Río». Vamos, la guarida del mal, si no fuera por la buena gente de UPN. Y si no se lo creen, vean el siguiente párrafo: «Para los militantes de mi partido en esa localidad, desde Cristina Sota -la actual y brava Alcaldesa- hasta el más novel de nuestros afiliados, significarse en política con la sigla de UPN sigue resultando una actividad de riesgo al tener enfrente a uno de los grupos más organizados, activos y violentos de toda la izquierda abertzale». Una actividad de riesgo... aunque según parece, el riesgo relacionado con la actividad de UPN es para los bolsillos de las navarras y navarros. Y para concluir, el peliculero diputado afirma que «en Navarra, y desde luego en UPN, estamos acostumbrados a pelear para que la realidad no se manipu- le en interés del objetivo estratégico de los fanáticos, y llevamos mucho tiempo luchando por la libertad en las peores condiciones posibles». Libertad dicen, y no saben lo que es.