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Grave tropezón frente a Cajasol

Satoransky se erige en héroe aguafiestas

Bilbao Basket se recuperó de un mal arranque, pero lo echó a perder al final. Grimau empató a 79 a 5 segundos, pero el base checo clavó el triple definitivo.


BILBAO BASKET 79

CAJASOL 82

Satoransky no jugó un buen partido, pero estropeó el partido a Bilbao Basket y, de paso, el debut de Alberto Díaz. El base checo del Cajasol culminó la remontada hispalense anotando los cinco últimos puntos de su equipo, incluyendo el triple definitivo sobre la bocina, ante un Bilbao Basket que ganaba por 70-57 al final del tercer cuarto y que en el último solo metió 9.

Es injusto cargar las tintas sobre la escuadra bilbaina, que pareció más ofuscada por cansancio que por incapacidad, pero lo cierto es que, tras dominar desde el interior, al final se la jugó a triple limpio, siendo Grimau el único capaz de tirar de verticalidad. Por la parte hispalense, Franch, Landry, Satoransky, Bamforth y un Porzingis que dejó grandes detalles voltearon un partido que tuvieron perdido, en parte por frescura física y en parte por no tener nada que perder, pese a dejarse cuatro tiros libres clave al final.

Debut de Alberto Díaz

También debutó Alberto Díaz y, dentro de su timidez, cuajó un partido aceptable, sobre todo en defensa. Eso sí, los árbitros lo maltrataron cosiéndolo a personales. Quizá Rafa Pueyo podía haberle dado algún minuto más al final para desahogar a sus mayores, pero es demasiado fácil juzgar a toro pasado.

Para cuando entraba Alberto Díaz, Bilbao Basket caía por 11-20 ante un Cajasol en vena de aciertos y Bamforth las enchufaba de tres sin ninguna dificultad por culpa de una defensa demasiado blanda. No es que el pelirrojo malagueño dotara de una intensidad brutal a la retaguardia bilbaina, pero al menos la sangría hispalense se detuvo.

En ese sentido, nombres como Dairis Bertans y Germán Gabriel tuvieron mucho que ver. El «cohete letón» arregló el pésimo arranque de partido de Pilepic, con acierto en el tiro y su habitual verticalidad. Gabriel, que brindó a la afición una inusual jugada de amago a Balvin, culminada con una penetración por la línea de fondo acabada en mate, enseñó, junto con Kavaliauskas, que el juego interior andaluz aún adolece de cierta ternura y bisoñez.

La defensa de los hombres de negro elevó su intensidad, centrándose en un Satoransky negado, para voltear el marcador en un gran segundo cuarto cerrado con un parcial de 24-9. Los sevillanos solo anotaron tres canastas -un mate a la contra de Satoransky y otro matazo de Porzingis, más un triple de Franch- mientras los bilbainos sumaban rebotes y robos de balón. Con un parcial de 12-0, los de Rafa Pueyo se adelantaban del 33-34 al 45-34, y llegaban 47-39 al descanso.

Un olvido garrafal

Sin terminar de romper el partido, Bilbao Basket tenía el duelo encarrilado. La clave era mantener la disciplina de cargar el juego al interior, con Kavaliauskas y Hervelle, con la sólida ayuda de Gabriel y Mumbrú, haciendo mella en un Cajasol algo achantado que vivía de los mates -sumó siete, por cuatro de los locales- de sus jóvenes y salvajes.

Pero en el tramo final Bilbao Basket, que tuvo la opción de decidir tras la antideportiva de Porzingis, se hundió. En cinco minutos solo acertó a meter un punto y, aunque Bertans y Grimau emergieron para poner a los hombres de negro por delante (78-77), Satoransky se vistió de héroe aguafiestas en un final que provocó la frustración e indignación del público, que ve cómo las opciones de play off empiezan a peligrar.

Pueyo: «El arbitraje ha condicionado el partido»

Muy enojado con el banquillo rival y el trío arbitral, Rafa Pueyo escudó un tanto decepción en el «cambio de criterio» de los colegiados tras el receso.

«He pensado hablar del arbitraje. No me parece que el criterio haya sido igual en la segunda parte que en la primera. Teníamos el partido controlado, pero han metido a Díaz y Grimau en cuatro faltas con personales injustas y rigurosas, y que en el otro lado se han dejado de pitar, probablemente por las quejas del banquillo», explicó, muy enojado. «Hasta entonces estábamos muy blandos, pero el segundo y tercer cuartos han sido muy buenos. Pero ese cambio arbitral ha condicionado el partido», dijo.

Sobre el juego, dijo que «en el último cuarto nos hemos descontrolado, abusando del triple, aunque alguno haya sido bien lanzado. Ellos han jugado a que no les hiciéramos daño adentro y no hemos estado acertados», culminó.

«Al equipo no se le puede recriminar actitud, pero sí acierto. Podíamos haberlo hecho mejor, pero el esfuerzo de los jugadores está ahí y también está el mérito de los jugadores», añadía

Aíto García Reneses, por su parte, explicaba que «lógicamente, estamos muy contentos por ganar. Pero si hubiésemos perdido, la clave sería que, tras ir ganando 12-23, cometemos 14 faltas en el primer tiempo. No podemos perder el control así cuando empezamos ganando», explicó el preparador.

«El partido ha tenido muchos altibajos, pero hemos tenido la suerte de ganarlo sobre la bocina. Dentro de un partido, por nuestra falta de experiencia, solemos padecer estas irregularidades, aunque también hay que valorar la capacidad de jugar de los rivales. Hay que estar cada minuto concentrado», remachó. A.G.