MAY. 15 2014 TXOKOTIK Un mal ejemplo al que seguir Martxelo Díaz Periodista Parece que no se puede decir nada sobre la muerte de Isabel Carrasco en León a riesgo de que te caiga una buena. Pero lo voy a hacer. A Yolanda Barcina le pilló la cosa entregando unos premios al turismo en Erriberri y optó por atender a los medios de comunicación. Dicen que está feo hablar mal de los muertos, pero tampoco es cuestión de pasarse al otro lado del péndulo. La presidenta del Gobierno navarro no tuvo mejor ocurrencia que tirar de manual y, tras condenar el asesinato, decir que «la sociedad necesita muchas personas como Isabel Carrasco». ¿Cómo? ¿Hemos escuchado bien? ¿Está Yolanda Barcina diciendo que necesitamos dirigentes que acumulen hasta doce cargos políticos y que se caractericen por actuar de una manera despótica, como reconoce la práctica totalidad de sus subordinados? La única explicación es la solidaridad entre mujeres dirigentes que han sido imputadas por el cobro de dietas irregulares por asistir a reuniones de órganos de cajas de ahorros para los que fueron escogidas por su carácter de políticas. Barcina, en la CAN. Carrasco, en Caja España. Los jueces no las condenaron, pero fueron denunciadas. «La violencia es una lacra que debemos erradicar con la ley. Tenemos que conseguir erradicar toda violencia precisamente con las leyes democráticas. Lo que es intolerable es que haya algunos grupos de intolerantes que utilizan la violencia», añadió Barcina, provocando ya altas dosis de sorpresa. Más vale que en este caso el grupo ha sido de dos afiliadas del PP y la motivación la «inquina personal». Suspender la campaña electoral por una muerte provocada por cuestiones políticas a manos de afiliadas del mismo partido que la finada parece ser que es la nueva obligación para estar en el «club democrático». Y lo dicen personas como Ana Botella, que no dudó en irse a un spa a Lisboa tras las muertes del Madrid Arena. O personajes como el acordeonista al que todo esto le ha pillado, casualmente, en casa mientras hacía campaña para volver a irse.