A pesar de que, viendo los resultados posteriores, pueda parecer una especie de discurso precocinado, Aimar Olaizola, que afronta el enorme reto de poder ganar su tercera txapela consecutiva del Manomanista, reflejó ayer esas dudas que, por esta época, suelen aflorarle cuando tiene que cambiar el chip y prepararse para una modalidad en la que prácticamente solo juegan durante un mes al año. «Siempre me pasa lo mismo, el cambio es grande y, por lo menos al principio, se me hace complicado, pero lo más importante es que me encuentro con confianza», destacó el de Goizueta al ser preguntado por sus sensaciones previas al debut.

Los datos, al menos durante estos tres últimos años posteriores a su grave lesión de rodilla, avalan esta teoría del campeón que, salvo en aquella espectacular remontada de Xala en la final de 2011, siempre ha sido en su primer partido cuando peor lo ha pasado. Así, el año pasado sufrió ante Barriola, en cuartos, para ganarle 22-16, algo menos ante Urrutikoetxea en semifinales, 22-12, y barrió a Irujo en la final 22-7. Un año antes, la trayectoria fue similar, con 22-15 ante Retegi, 22-5 ante Bengoetxea VI y otra vez 22-7 ante Irujo en la final. Salvo ese mencionado accidente del 3 de julio, lo mismo sucedió en 2011, con 22-18 ante Irujo en cuartos y 22-15 en semifinales ante Oinatz.

Una de las mejores virtudes del campeón es que parece tener la capacidad de saber dosificarse y dar en cada momento lo suficiente para sacar su compromiso adelante. «Habrá que ver el cómo estoy el domingo. He hecho tres entrenamientos, como casi todos los años entrenando no me encuentro muy bien, además me siento un poco cansado, pero espero que, el día del partido, con otra tensión, pueda dar lo mejor de mí mismo», explicó.

El precedente de hace dos años

Fue el propio Julen Retegi, que ya lo eliminó en el Cuatro y Medio de 2009, el que tuvo contra las cuerdas a Olaizola II en un partido similar a este en el Manomanista de hace dos años, en un partido disputado en el Labrit iruindarra.

«Aquel día él estaba mal, pidió aplazamiento, tenía el hombro mal, salió con muchas dudas y lo aproveché. Me puse 12-6 o 12-5 por delante, pero al final me dejó en quince y ese año terminó saliendo campeón. Contra él tienes que hacerlo muy bien y que él tenga un día malo, que ya lo tuvo hace poco en la final del Parejas, y es difícil que vuelva a tenerlo», rememoró el iruindarra, utilizando un discurso muy similar al de Beroiz, que tiene que enfrentarse a Irujo.

Una de las pocas ventajas que posee Julen Retegi es que se presenta a este partido tras haber roto el hielo el viernes pasado en un buen partido ante Joseba Ezkurdia, lo que el propio pelotari reconoció le ha servido para reforzar una moral algo tocada tras verse apartado de estelares y grandes partidos. «Al final todos nos preparamos para ganar la txapela. Es cierto que te sube la moral tras ganarle a un Ezkurdia que en la jaula les apretó a Irujo y a Aimar y medio y luego en el Parejas ha jugado bien».

Por si acaso, Aimar Olaizola es consciente de que no puede tener ningún tipo de confianzas ante el pelotari de Aspe. «A Julen ya le conocemos bien, si no le rompes defiende mucho, pelotea muy bien, echa muy bien la dejada... es muy manomanista. Es muy difícil ganarle y si tienes alguna oportunidad adelante hay que intentar terminar el tanto pronto», señaló.

Julen Retegi también parece tener claro cómo debe intentar conseguir algo que nadie ha conseguido en los últimos dos años. «El secreto es el mismo de siempre, sacar bien, que te metan pocos tantos de saque, en el resto darle un buen pelotazo y tenerle atrás. Dominar desde el principio y cuando tienes pelota acabar. La teoría la sabemos todos pero lo difícil es hacerlo».