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Mundial de Brasil 2014

Silencio, se juega, «proibido mencionar o `maracanaço'»

El periodista y escritor argentino Luciano Wernicke, autor de ``Historias insólitas de los Mundiales de fútbol'', sostiene que «nuestra vida se va marcando a través de los mundiales; son un parámetro, una suerte de regla que nos recuerda nuestras distintas etapas de nuestra vida». Para unos fue la Holanda de Cruyff, para otros el Gaucho argentino, o el Naranjito español. Hoy echa a rodar otra etapa más de nuestra vida, la Copa del Mundo Brasil 2014.



«El primer día de cada Mundial colgamos en la puerta de entrada un cartel hecho por nosotros mismos que dice ``cerrado por fútbol'' y no lo quitamos hasta que hay campeón». Como el escritor uruguayo Eduardo Galeano, no solo Brasil, cuna del jogo bonito, el moisés de Pelé o Garrincha, sino el planeta balompédico en su globalidad cuelga el letrero de ``cerrado por fútbol», desde hoy y hasta el próximo 13 de julio en que saldrá el campeón. Y lo hace con una única selección obligada a levantar la Copa del Mundo, la anfitriona, la verdeamarelha, Brasil, sola frente a un selecto ramillete de aspirantes serios, algún otro con más pasado que presente, más de un bluff en puertas, las inevitables y agradables sorpresas, y alguna cenicienta.

No hay nada comparado a un Mundial de fútbol, ni siquiera unos Juegos Olímpicos. Al escritor Jorge Luis Borges, enemigo número uno del deporte rey, no se le ocurrió otra cosa durante el Mundial del 78 en su país, que el día que Argentina debutaba programar una conferencia sobre el tema de la inmortalidad, con el único fin de dar la espalda a tal acontecimiento. Como él también los habrá; seguramente no la otra mitad restante de ese planeta fútbol, pero los habrá. No obstante, creyentes o ateos en esta religión en la que uno se bautiza de por vida, están casi condenados a sentarse y disfrutar, aunque sea alejados del fundamentalismo imperante y más en consonancia con la idea que manejaba el propio Galeano, de que «cada vez me importa menos qué camiseta tienen los jugadores que me brindan la alegría del juego bien jugado». Y es que, en el fondo, ya lo aventuró el actor y humorista francés Patrick Sébastien, «Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza. ¡Eso quiere decir que ama el fútbol!». Aunque sea por pelotas.

Treinta y un selecciones, un objetivo. Una selección, una obligación. «No creo que pueda haber otro Maracanazo entre Brasil y Uruguay. Hay cosas que solo se dan una sola vez en la vida», ha opinado el gran Teófilo Cubillas, intérprete de aquella inolvidable Perú que se las tuvo tiesas a la Brasil del 70 mexicano. Nadie quiere oir hablar de Maracanaço. «Fútbol bonito es la última cosa que queremos: lo que queremos es ganar», ha reconocido el astro local Neymar. La Seleção contra el mundo. Tres de cada cuatro brasileños están convencidos de que serán campeones; al otro, o no le gusta el balompié, o está descontento... o apoya a Argentina, que también.

Pitido inicial

Hoy es probable que sople una suave brisa sobre Sao Paulo, la ciudad que alberga esta noche (22.00, Telecinco) no solo el arranque del Mundial sino el debut de la anfitriona. Millones de telespectadores se sentarán ante el televisor -la final de 1966 entre Inglaterra y Alemania la vieron 32,3 millones de personas en el país, más que el funeral de la princesa Diana- para seguir el partido más difícil, el del estreno. Un Brasil-Croacia repleto de alicientes y no solo por la mediática figura de Neymar, sino por un cartel atractivo, en el que los vatrieni (`fieros') Rakitic, Modric, Jelavic, Mandzukic no serán simples invitados de piedra. Dos equipos con mucho fútbol en sus botas que desearíamos rompieran con la habitual decepción que suelen ser estos partidos preeliminares. Desde 1966 se disputa el choque inaugural como tal, el único a esa hora. Los primeros cuatro acabaron sin goles, el primer gol no se logró hasta España'82, solo cuatro veces se ha anotado más de un tanto; en Sudáfrica, acabó en empate a uno entre el anfitrión y México. Si en esta ocasión tampoco hay demasiado acierto, no será el fin del mundo. Además, ¡ojo Brasil!, el vencedor del partido inaugural nunca ha ganado el torneo.

Favoritos

Además de la anfitriona brasileña, por quién es y por el supuesto plus de jugar en casa, el otro rival a batir no puede ser otro que la vigente campeona, España. Los de Vicente del Bosque llegan con el currículum intacto, seguramente sin ser los que fueron tiempo atrás, y cuyo devenir lo marcarán dos huesos muy duros de roer, como Holanda y Chile en la fase de grupos. Alemania parece el tercero en discordia, quizá porque a la generación de futbolistas que tiene les toca ya un gran título. El plantel de Joachin Löw tiene potencial -a pesar de la baja de Reus-, historia, tradición y mucha hambre. Argentina, con una delantera que da miedo pero floja en defensa; la Francia de Deschamps, Pogba, Benzema y compañía que llega con buenas sensaciones pero pensando más en su Eurocopa de 2016; o la Uruguay de Luisito Suárez que volverá a demostrar que el fútbol y la victoria siempre fluyen por las venas charrúas.

Incógnitas

Francia se fue a las primeras de cambio en el Mundial de 2002 al que llegó como vigente campeona. En cada cita mundialista saltan las sorpresas, unas veces para bien, otras para mal. A Brasil acuden algunas selecciones con tanto peso histórico como dudas les acompañan en su maleta de viaje. Es el caso de la siempre imprevisible Inglaterra, con un grupo renovado, rejuvenecido, siempre con problemas de un patrón de juego definido. Y encima ha caído en el `grupo de la muerte', junto a la stajanovista Uruguay y a otra de las incógnitas, la Italia sin Francesco Totti. La Azzurra no entra en las quinielas, pero más de uno recordará el Mundial de `Naranjito', sus empates con la Camerún de Tommy N´Kono y compañía y el 3-1 final a Alemania. Como también es un interrogante Portugal, tanto como Cristiano Ronaldo y su aguante, aunque parece que los lusos llegan en un buen momento de forma. Y, por último, Holanda, el actual subcampeón, debe demostrar que sus sobresalientes individualidades pueden repetir gesta, pero no solo sobre el papel.

Sorpresas

Quién no recuerda a la Bulgaria de Hristo Stoichkov, la Croacia que fue tercera en Francia 98, la Camerún de Roger Milla, o a los surcoreanos que eliminaron a la España de Camacho. En Brasil, si hay un abanico de selecciones llamadas a dar un susto esas son la Bélgica de Lukaku, Hazard y Courtois, la Chile de Alexis y Vargas, la Colombia aun sin Falcao, y ojo con Suiza, Japón y hasta Corea del Sur, que a más de uno le pueden pintarrajear la cara. Y no es broma.

Estrellas

La lluvia de estrellas que se pronosticaba sobre Brasil no será ni mucho menos torrencial, después de que por el camino se haya quedado no solo algún astro ni siquiera clasificado, como el sueco Zlatan Ibrahimovic -«un Mundial sin mí no vale la pena verlo», ha llegado a decir-, sino un rosario de grandes futbolistas que han caído rotos en el intento. Grandes ausentes como Falcao, como Ribery, como Reus, como Walcott. Pero no hay Mundial sin estrellas, aunque tampoco sin estrellados. Messi, Neymar, Ronaldo... ¿Responderán a lo que de ellos se espera? Si no lo hacen y con su permiso, seguro que Oscar, Modric, Silva, Robben, Alexis Sánchez, Cuadrado, Luis Suárez, Benzema, Pogba, Agüero, Hazard o Götze están ansiosos por ser los tapados de este Mundial. Ser el mejor jugador o Balón de Oro. ¿Diego Costa, Higuain, Lukaku, Bacca o el viejo león indomable Samuel Eto´o? ¿Será Klose, el máximo artillero mundialista de todos?

Quién ganará

Las estadísticas revelan que albergar el campeonato contribuye potencialmente a la probabilidad de ganar (del total de 19 campeones, 6 fueron anfitriones). Otro dato es que en las 5 últimas ediciones encontramos que, en 3 de esas 5 fases finales, el campeón salió de los 2 primeros de la clasificación: ahora mismo son España y Brasil. Un indicio más es que los equipos que ganan el Mundial tienen por término medio 2 jugadores estelares (entre los tres primeros del Balón de Oro). Igualmente, los países que ganan la copa, generalmente, tienen seleccionadores que se estrenan entrenando en un Mundial (eso ha ocurrido en 13 de los 19 campeonatos). Como hay que tener en cuenta que en los 10 Mundiales que ya se han celebrado en Europa, los países europeos levantaron el trofeo en 9 ocasiones; en cuanto a los 9 Mundiales organizados fuera del Viejo continente, solamente 1 vez salieron vencedores (España, en Sudáfrica). Y por último, en los últimos 40 años, solo en 2 ocasiones una selección ha ganado el Mundial después de haberse impuesto en cualquiera de las 3 ediciones anteriores. ¿Quién saldrá campeón? El cruce de cábalas revela que Alemania. Y eso que siete chamanes peruanos han pronosticado que Brasil vencerá a Argentina en la final...

La Mascota

La Copa Mundial de Inglaterra' 1966 inauguró una nueva costumbre, la de presentar una mascota en cada campeonato. El Gaucho argentino, el Naranjito español, el Ciao italiano... hasta llegar al Fuleco brasileño, un armadillo, un curioso animal de 50 centímetros que cuando se siente en peligro se recoge y con su duro caparazón forma una perfecta bola, de ahí su elección como mascota y su nombre que une `fútbol' y `ecología'. Y es que el armadillo es una especie en peligro de extinción. «La FIFA autoriza a empresas para la venta de productos con Fuleco, incluido un millón de peluches (producidos en China) pero ni una pequeña parte de ese dinero va a la protección de la especie», denuncian los científicos ambientalistas.

Viejos y jóvenes

De los jugadores que veremos en tierras brasileñas, el arquero colombiano Faryd Mondragón no solo será el más veterano, a sus 43 años, sino que tiene el historial más extenso de la competición, puesto que se estrenó en EEUU'1994. Si llega a jugar, el veterano `cafetero' eclipsará a Roger Milla (42 años y un mes) como futbolista más viejo que pisa las canchas en la historia del Mundial. Por su parte, 18 años y un mes tiene el camerunés Fabrice Olinga, futbolista más joven de Brasil 2014. Si juega, se convertirá en el noveno de menor edad de la historia del Mundial, lista que encabeza Norman Whiteside, que jugó con Irlanda del Norte en España' 1982, solamente 41 días después de cumplir los 17 años.

27 años y cinco meses ha sido la edad media de los jugadores participantes en cada una de las tres últimas Copas Mundiales. Pues bien, Argentina será el plantel más veterano esta vez con 29 años de media, seguida de Honduras, Irán, Portugal y Uruguay. En el otro extremo del espectro está Ghana, el equipo más joven de este Mundial, con una media de 25 años y seis meses, seguida de otro conjunto africano, Nigeria, y de la prometedora Bélgica.