JUN. 24 2014 Mundial de Brasil 2014 Encomendarse a «Lio» Ignacio BENEDETTI «Magazine Perarnau» Alejandro Sabella ha escuchado a sus dirigidos. O por lo menos atendió el pedido de Lionel Messi. Lo tildan de débil, alcahuete y de haber perdido el control del vestuario. Pero Sabella cumple con la primera misión de un buen entrenador: escuchar a sus futbolistas antes que encapricharse. Su equipo ganó en el debut, pero a pesar de ello prefirió hacer bueno el consejo de su paisano Marcelo Bielsa y ejecutó modificaciones en la victoria. ¿A pedido de sus jugadores? Sí, no hay nada grave en ello. El buen conductor es aquel que sabe escuchar para luego tomar las resoluciones que considere pertinentes. No hay un ápice de sumisión en ello, por más que la prensa se empeñe en buscar la aguja en el pajar. Sabella hizo lo que debía, pero el fútbol es mucho más que buenas intenciones. En el primer partido, la entrada de Fernando Gago y de Gonzalo Higuaín supuso una mejora en el juego albiceleste, pero ante Irán, ninguno brilló. ¿Nos convencimos ya de que este juego no es una conducta lineal? ¿Comprendimos que en el fútbol rara vez la suma de dos más dos da cuatro? En el partido ante Irán, Messi hizo lo que se espera de un jugador de su categoría y definió el encuentro. ¡El fútbol es de los futbolistas! Sabella dice estar tranquilo porque el mejor juega para ellos. Mientras los ingleses le cantan a Dios para que salve a la Reina, y el inolvidable Manuel Vázquez Montalbán nos hablaba de una religión en búsqueda de un Dios, los argentinos se encomiendan a Lio, pero sin darse cuenta de que se entregan a la capacidad de un director de orquesta que comulga con sus músicos.