La cabaña en el bosque como mito adolescente

Aunque el cine no ha sido capaz de hacer una adaptación definitiva de la novela de William Golding «El señor de las moscas», sí que esta obra literaria ha influido desde su publicación a mediados de los años 50 en el ánimo de realizadores pertenecientes a distintas generaciones. El tema de fondo sigue estando presente en «The Kings of Summer», porque la emancipación adolescente no deja de ser una utopía, máxime hoy en día, con una sociedad tan sobreprotectora y generadora de dependencias paternofiliales.

Por eso la vida de los jóvenes sin sus padres ya no es presentada como una supervivencia en un mundo alejado de la civilización, sino como algo mucho más próximo y casual, casi como la anecdótica trastada de unos escolares durante sus vacaciones estivales. Los protagonistas en ningún momento llegan a ser conscientes del paso que están dando, sino que van dejándose llevar por un mero impulso e improvisan sobre la marcha. La curiosidad que les lleva a irse de sus casas viene a ser una prolongación del sueño infantil de construirse una casa de juegos en un árbol, sustituido por una cabaña en el boque hecha con materiales reciclados.

En el Festival de Sundance esta cinta independiente llamó la atención por la naturalista dirección interpretativa del debutante Jordan Vogt-Roberts, que ha encontrando tres chicos que se comportan de forma espontánea delante de la cámara. El mayor hallazgo es el latino Moisés Arias, que hace de elemento cómico del trío protagónico, componiendo la caricatura de un chico extraño y alocado, que se suma a los otros dos como una compañía accidental, por cuanto el plan es cosa de ellos.

Desde el principio está claro que la experiencia no les va a llevar a ninguna parte, que se integra en el consabido proceso de aprendizaje basado en tomar nota de los errores e intentar no volver a repetirlos. Y servirá, buscándole alguna enseñanza, para descubrir la verdadera amistad. En cuanto aparece una chica de invitada surgen los celos.