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Udate

Lenguaje robado


Mientras veía la fallida «The Zero Theorem» (2013), de Terry Gilliam, pensaba en lo bien que retrata el miembro del clan Monty Python ese futuro cercano en el que nos movemos. Un hombre solitario obsesionado con el sentido de la vida trabaja desde su ordenador tratando de acercarse hasta el «Teorema cero», una especie de fórmula matemática codiciada por la «corporación informática» que lo controla todo. Christoph Waltz interpreta a un individuo que vive en una sociedad absorbida por la red, en la que las relaciones son virtuales y como tales se viven y se desechan. La nada, una iglesia como vivienda, el ojo que todo lo ve...

Gilliam describe a través del personaje la sombra de lo que serán nuestros mundos dentro de poco. El futuro. Un futuro robado como lo es el lenguaje en la actualidad, ese que da forma a los pensamientos y que nos hace entender la realidad que nos rodea. Al parecer, cada vez interesa menos entenderla. Pensaba en algunos párrafos de «Contra la afonía, breviario urgente para recuperar el lenguaje robado». El libro editado por «Las otras caras del planeta» recupera el valor de palabras como comunidad, cultura, dignidad, paz, lucha... Y gentes como Alfonso Sastre o Forges reelaboran y definen el significado de esas letras que, juntas, llegan hasta definiciones como la que hace David Trueba sobre el futuro: «A los niños les mienten asegurándoles que el mañana es suyo. Deja quieto el mañana. La única victoria consiste en que haya futuro mucho después de que nosotros nos hayamos ido». Poco más que decir acerca del sentido de la vida.